Los Pokot y los Ilchamus estuvieron enfrentados durante décadas pero la llegada de unas jirafas les cambió la vida y les permitió poner fin a sus conflictos
Desde hace varias décadas dos etnias de Kenia estuvieron enfrentadas en una zona de reserva pero fueron las jirafas las que lograron que hicieran la paz.
Los Pokot y los Ilchamus viven en el oeste del país en una zona donde fue creada la reserva de Ruko con el objetivo de reintroducir y proteger a las jirafas que están cada vez más amenazadas.
Los conflictos entre ambas etnias los llevó a enfrentarse hasta con armas pero un programa liderado por la agencia Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS) les cambió la vida al llevarles las primeras jirafas.
El proyecto lo lideraron dos ancianos de ambas comunidades con la expectativa de atraer turistas para generar ingresos en medio de una árida región.
Rebby Sebei, responsable de esta reserva, dijo que la zona se había convertido en un campo de batalla entre ambos bandos.
«Hace 20 años, Pokot e Ilchamus estaban enfrentados por el robo de ganado, que costó vidas. La gente se vio obligada a abandonar sus tierras”, dijo.
De acuerdo con este líder, la zona se había convertido en un desierto y un campo de enfrentamientos para los bandidos.
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La iniciativa es tan exitosa que desde el 2011, cuando llegaron las primeras jirafas, no ha habido casos de caza furtiva en la zona.
Fue así como los agricultores empezaron a convencerse de que las jirafas les iba a cambiar la vida, pero ellos también harían lo mismo con estos animales cada vez más amenazados.
De esta forma, en la zona se viene reproduciendo dos especies de jirafas: las Rothschild y las masai, por lo que sus crías se han vuelto toda una sensación entre los pobladores.
Douglas Longomo, un agricultor pokot de 27 años, espera la llegada de más jirafas.
Además, reconoció que llevó tiempo y fue difícil convencer a algunas personas de la necesidad de poner fin a los enfrentamientos entre etnias para desarrollar el turismo.
«Ahora vivimos como una sola comunidad, podemos movernos libremente sin miedo», aseguró.
En la actualidad hay unas veinte jirafas pero se espera que lleguen más animales a una reserva en donde reina la paz para todos.
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