Una investigación japonesa encontró que los gatos reconocen su nombre cuando los llamamos, con lo que muchas veces nos ignoran de forma deliberada
Los gatos son independientes, misteriosos y un poco psicópatas. Y por eso, siempre los hemos visto como un animal doméstico distante que, a diferencia de los perros, nunca sabes muy bien si te conocen y les caes bien. Pero resulta que los gatos tienen un vínculo con los humanos más fuerte de lo que creíamos. Según este estudio japonés, los gatos se comunican con nosotros e incluso rastrean nuestros movimientos cuando no estamos cerca.
Una de las conclusiones más sorprendentes a la que han llegado los investigadores del citado trabajo es que los gatos, efectivamente, saben su nombre. Con lo cual, cuando tu gato te ignora, simplemente te está ignorando porque quiere. Además, los científicos descubrieron que también parecen reconocer los nombres de otros gatos con los que están familiarizados y hasta conocen los nombres de las personas que viven en el mismo hogar.
Muchos gatos domésticos viven con humanos y muestran evidencia de operaciones cognitivas sociales relacionadas con humanos. Pueden usar señales de señalamiento humano y señales de mirada para encontrar comida. También discriminan entre expresiones faciales humanas y estados atencionales e identifican la voz de su dueño.
Con los perros no nos extraña saber que pueden reconocer objetos, personas y responder a ordenes dichas por un humano. En cambio, con los gatos no tenemos este tipo de comunicación y resulta que durante siglos nos han estado escuchando en secreto.
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El experimento
En el marco del estudio se hicieron dos experimentos. Uno donde examinaron si los gatos relacionaban los nombres y rostros de gatos familiares. Y otro donde examinaron si los mininos era capaces de establecer la misma relación entre caras y nombres de los miembros de la familia humana con la que convivían.
Los investigadores tomaron como objeto de estudio a un total de 48 gatos. 29 vivían en los “gatos café”, las cafeterías de gatos, y 19 eran mascotas domésticas.
Para el experimento, se les presentó una foto de la cara del gato familiar en el monitor de una computadora portátil. Al mismo tiempo, un extraño diría el verdadero nombre del gato u otro nombre con ninguna relación. El objetivo era analizar las expresiones de los gatos para ver si reconocían la voz y la asociaban con la imagen o no.
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“Solo los gatos domésticos anticiparon una cara de gato específica al escuchar el nombre del gato, lo que sugiere que coincidieron con el nombre del gato estímulo y el individuo específico”, escriben los investigadores en su artículo . “Al escuchar el nombre de un gato, los sujetos esperaban la cara correspondiente”.
Por lo tanto, los resultados sugieren que los gatos vinculan el nombre de un compañero y la cara correspondiente sin un entrenamiento explícito.
“Lo que descubrimos es asombroso”, explicó a The Asahi Shimbun el investigador de ciencias animales Saho Takagi, ahora en la Universidad de Azabu en Japón. “Quiero que la gente sepa la verdad. Los felinos no parecen escuchar las conversaciones de la gente, pero de hecho lo hacen”.
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