Aguantarse un gas nos puede librar de pasar una vergüenza, pero, ¿qué sucede en nuestro cuerpo cuando no dejamos salir el gas acumulado en nuestros intestinos?
Para todos ha sido una tarea difícil pero necesaria la de aguantarse los gases. También hemos dicho un «se me escapó». La segunda opción es más saludable.
Cuando nos ‘echamos’, ‘tiramos’ o dejamos salir un gas, depende de cual sea tu verbo favorito para tan poética acción, este viaja desde los intestinos hasta el recto y pasa a ‘una mejor vida’. Pero, ¿qué sucede cuando nos negamos a dejarlos salir?
Si aguantamos un gas, por diferentes razones, la acción que realiza el cuerpo es apretar los músculos del esfínter, para no dejar salir el aire acumulado en los intestinos. Después de realizar esta acción por un periodo prolongado de tiempo, la presión aumenta y se incrementa cada vez más con el gas proveniente del sistema digestivo.
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Los primeros síntomas (si, síntomas, esto es serio) de aguantarse los gases pueden incluir dolor, hinchazón e incomodidad. Algunos experimentan un ‘burbujeo’ mientras el aire apestoso se pasea por el cuerpo, retenido.
Estudios han demostrado que ciertos gases son reabsorbidos por el sistema circulatorio (la sangre) y eventualmente salen cuando exhalamos. Sin embargo, la mayoría quedará bajo presión hasta que se libere.
Aguantarse los gases también puede causar acidez e indigestión. Además, mientras aumenta la presión, también tus niveles de estrés.
El posible gran problema
Hace décadas, expertos concluyeron que el hábito de aguantarse los gases puede estar asociado al desarrollo de diverticulitis.
Esta es, básicamente, una condición que inflama al tracto digestivo. Puede ser severo y causar infecciones de no ser tratado; sin embargo, hay quienes refutan esta hipótesis y especifican que una clara relación entre ambas no puede ser establecida (aunque tampoco puede negarse).
Lo cierto es que resulta más que incómodo aguantarse. En una cena con los suegros, en la oficina, incluso en una iglesia hay en este momento alguien sufriendo porque su barriga no puede respirar.
Para evitar los gases, si estás teniendo problemas con ellos, es todo cuestión de dieta. Evita alimentos libres de azúcar, lácteos, cervezas, hongos, granos, cebolla, etc. (Una lista muy infeliz).
Te recomendamos una breve y alejada caminata, para que en medio de tanta reserva… ¡puedas dejarlo salir!