Un estudio publicado en la revista Journal of Social and Personal Relationships investiga el lenguaje que utilizan los amantes antes y después de una ruptura, y sus conclusiones acaban con un mito
¿Por qué se termina una relación de pareja? Los motivos pueden ser muchos y variados. No por casualidad, media historia de la literatura está consagrada a tratar de entender y explorar esas razones. Aún hoy, las rupturas se siguen traduciendo en peleas monumentales: frente a frente, pero también en Whatsapp o en realities de televisión donde se pone a prueba la fidelidad de los concursantes. Lo que apenas ha cambiado son los repetitivos tópicos en torno a las separaciones amorosas: ¿son las mujeres quienes más sufren tras una ruptura? ¿Los hombres lo superan antes? ¿Es la infidelidad el punto de no retorno de toda relación? El reciente interés despertado por el tema en el ámbito académico viene a despejar dudas y estereotipos.
A través de metodología big data, un grupo de psicólogos e investigadores de la Universidad de Lancaster ha publicado un estudio en la revista Journal of Social and Personal Relationships donde se analizan los principales problemas en las relaciones de pareja. Tanto los que se sufren mientras dura el amor, como los que llevan a que se termine. El objetivo inicial, según definen, es crear un “mapa” de afectos con datos diferenciados entre hombres y mujeres según su percepción de los sentimientos.
Si hasta ahora la mayoría de estudios en este sentido analizaban los discursos de parejas que acudían a terapia, en este caso la muestra es mucho más amplia. Así, se han examinado las características demográficas y psicológicas del lenguaje de 184.000 personas. Todas ellas habían publicado sus dudas, dilemas y quebraderos de cabeza amorosos en un foro online.
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El principal problema: la falta de comunicación
A primera vista, los resultados muestran que muchas de las generalizaciones sobre lo que une y separa a las personas están equivocadas. Por ejemplo, si la infidelidad suele pintarse como el pecado imperdonable, motivo de ruptura por antonomasia, la encuesta demuestra que la principal amenaza para las relaciones es otra: la falta de comunicación.
Una de cada cinco personas expresaba en sus comentarios que tenía dificultades para verbalizar y discutir los problemas con su pareja. Y una de cada ocho presentaba la falta de confianza para expresarse con libertad como el escollo más importante en su relación.
La conclusión de los investigadores es clara: a las parejas no les dañan tanto los conflictos en sí, como la falta de herramientas comunicativas para resolverlos. La palabra más repetida por los usuarios en estas descripciones dolorosas es angustia, seguida por arrepentimiento, ruptura, llanto y la expresión “tener el corazón roto”.
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Ellos hablan más de sus rupturas
¿Y quién sufre más en todo esto? De nuevo, en contra de los tópicos, el análisis señala que son ellos y no ellas quienes más sufren y quienes más hablan de sus problemas y rupturas en estos espacios virtuales. También que las palabras que utilizan los hombres para definir ese final son más dolorosas que las que usan las mujeres. “¿Los hombres se implican menos emocionalmente en sus relaciones que las mujeres, o es que simplemente están estigmatizados a la hora de hablar de sus sentimientos?”, se pregunta al respecto Ryan Boyd, investigador principal del estudio.
En última instancia, se espera que los resultados del estudio ayuden a despejar estereotipos de género para favorecer una conversación más sana y libre en torno a los sentimientos de cada uno dentro de una relación. Ser conscientes de que los hombres sufren igual o más que las mujeres con los problemas amorosos puede favorecer una sociedad más feminista. Aunque, por supuesto, el objetivo principal del estudio es mejorar en la detección y comprensión de aquello que va mal en nuestras relaciones. Aprender a transmitir lo que sentimos y, después, trabajarlo en común.
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