Ducharse todos los días es algo que ya no está de moda. Cada vez más personas se están sumando al movimiento «cleansing reduction» para ayudar al medioambiente y a su propia salud
¿Eres de los que se duchan sin falta todos los días o eres de los que prefieren ducharse solo de vez en cuando? Si perteneces al segundo grupo, esta noticia te va a gustar.
Jennifer Aniston, Ashton Kutcher, Brad Pitt y Mila Kunis son algunas de las grandes estrellas que están haciendo un llamamiento a la gente para que se una a esta práctica. Se trata del llamado “cleansing reduction”, que básicamente consiste en dejar de bañarse. O, por lo menos, no hacerlo todos los días.
En un reciente podcast de Spotify, Mila Kunis aseguraba sin ambajes que “no lavo todo mi cuerpo cada día”. La actriz agrega que solo limpia diariamente las zonas corporales que así lo requieren, pero prescindiendo de la ducha o del baño diario completo.
Esta tendencia surgió en la escena ecologista de Estados Unidos, y no hace poco precisamente, aunque ahora se esta poniendo “de moda”. Los seguidores de esta creencia son numerosos. Muchos de ellos, además de no ducharse todos los días, también rechazan el uso de champú, geles de baño comerciales y desodorantes.
¿Por qué tomar esta decisión?
Los motivos para empezar con la práctica del cleansing reduction son varios. Empezando por el cuidado de la piel. Sí, aunque pueda sonar contraintuitivo, lo cierto es que ducharse demasiado a menudo es malo para la salud de tu piel.
“Las bacterias ayudan a que las células de la epidermis se comporten como antibióticos naturales”, explica el doctor Richard Gallo, jefe de dermatología de la Universidad de California. “Esto hace que las bacterias malas se eliminen solas”.
Son muchos los investigadores que parecen estar de acuerdo con este planteamiento. Como ocurre con el intestino, que contiene bacterias “buenas” que ayudan a ese órgano a protegerse, nuestra piel contiene gérmenes que hacen la misma función. Los jabones debilitan esa protección natural de la dermis.
Pero también hay razones éticas que responden a una necesidad ecológica, como el ahorro de agua y la reducción de envases.
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El médico neoyorquino James Hamblin, que estuvo 5 años sin ducharse, asegura que el jabón solo es necesario en partes específicas del cuerpo como los pies y las axilas. “Sin embargo, en la publicidad y en las películas solemos ver a personas que se enjabonan demasiado, y todo el cuerpo, como si fueran un coche en un autolavado. Además, compran productos cuyos ingredientes son transpotados por medio mundo y luego son embotellados en envases de plástico”, afirma Hamblin, quien consiguió demostrar que ‘no hay necesidad médica’ que justifique la práctica de la ducha diaria.
Por lo tanto, para muchos de los adeptos al cleansing reduction, se trata de una elección ética: el ahorro del agua y la reducción de los envases manda. Según datos de ISTAT de 2015, se usan cerca de 50 litros de agua en una ducha promedio, una barbaridad.
Otra preocupación está en todos los componentes químicos que contienen los jabones no naturales. Todos esos químicoos acaban en los ríos y contaminan los ecosistemas marinos. Aunque esto tiene una solución fácil, usar jabones ecológicos o reducir el uso de los otros, ya que no es necesario usar jabón cada vez que uno se lava el cuerpo.
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¿Moda o revolución?
La principal razón por la que la mayoría de nosotras nos duchamos a diario es el olor corporal. El pánico a que la gente piense que hueles mal y te etiquete. Pues este pensamiento, amigas mías, es una preocupación que han cultivado las campañas publicitarias a lo largo de los años.
El sector de la higiene personal genera grandes beneficios alrededor de un eslogan omnipresente: “Si no te duchas, hueles mal”. Pero esto es sobre todo un mito, una convención social.
Nuestra piel esta recubierta con un tejido formado por bacterias que nos protege de enfermedades o reacciones cutáneas. El olor corporal es fruto de estas bacterias, que se alimentan de las secreciones aceitosas del sudor y las glándulas sebáceas para preservar el equilibrio natural de la piel. Según la experiencia de Hamblin, los primeros días tras prescindir de las duchas si que desprende mal olor, pero a los pocos días tu ecosistema se equilibra y desaparece el olor corporal.
De hecho, el problema surge cuando nos duchamos de manera agresiva. Las duchas demasiado frecuentes tienden a la sequedad de la piel y la aparición de eccemas, y eliminan esa capa de lípidos, aceites y bacterias que ayudan a mantener el equilibrio natural. El uso frecuente de jabón destruye ese pequeño ‘ecosistema’ y es entonces cuando se tiende a favorecer la entrada de microorganismos que producen mal olor.
Y tú, ¿serías capaz de ducharte menos, mucho menos, por la salud del planeta?
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