¿Recuerdas qué edad tenías cuando consumiste por primera vez una bebida alcohólica? Y si hicieras esta misma pregunta en el grupo de WhatsApp de tus amigos ¿Cuál crees que sería la respuesta promedio?
Bueno, pues debemos informarte que la edad promedio de inicio en el consumo de alcohol es de 11 años¹. Si a esto sumamos qué, según datos de INEGI, en México existe un incremento significativo en los últimos años en la prevalencia del uso de alcohol entre la población de 11 a 17 años, es decir en menores de edad; podemos darnos cuenta de que es un tema al cual deberíamos estarle prestando mucha más atención.
Ahora bien, si nos ponemos a pensar de que en la mayoría de los casos, los adultos suelen ser los facilitadores de alcohol a menores de edad, sería importante reflexionar y entender sobre el daño físico y psicológico permanente que puede repercutir en los más chicos.
Así que con la finalidad de generar conciencia sobre los beneficios que trae consigo el que los menores de 18 años no tengan acceso al alcohol, (para que puedan crecer hasta ser mayores de edad y contar con la madurez necesaria para tomar decisiones informadas) el día de hoy queremos compartir contigo algunos datos sobre este tema.
¿Dónde nace el interés de los menores de edad por el alcohol?
De acuerdo a diversas investigaciones los menores de edad inician con el consumo de alcohol por diversas causas, siendo la principal de ellas la curiosidad, seguida por la invitación de amigos, la experimentación, los problemas familiares, la influencia de amistades, la aceptación de un grupo social, por invitación de familiares o depresión.
En adolescentes y niños, la principal fuente de acceso al alcohol es a través de algún familiar; o bien, por que lo encuentran en sus hogares. De hecho, se estima que el consumo en jóvenes menores de edad aumentó notablemente durante la pandemia.
¿Cómo afecta el alcohol a los menores de edad?
Está comprobado que el consumo de alcohol en menores de edad puede afectar al desarrollo cerebral al interferir con el crecimiento de las conexiones neuronales, causando afectaciones en la corteza prefrontal, cuya función está relacionada con la evaluación de situaciones, la toma de decisiones y mantener las emociones y deseos bajo control.
Otra consecuencia frecuente por el uso de alcohol a temprana edad, suele ser el daño al hígado. Como está en proceso de desarrollo, el órgano aún no tiene la capacidad de procesar una bebida con alcohol, lo que trae consigo que el alcohol se quede más tiempo en la sangre y puede ocasionar una intoxicación.
Desde el punto de vista psicológico, el problema no disminuye, ya que puede traer consigo qué, tanto niños como adolescentes, tengan problemas escolares, como faltas excesivas o calificaciones bajas; o que se sientan deprimidos, irritables o sin energía.
Una de las mejores soluciones a este grave problema, el cual afecta anualmente a miles de jóvenes menores de edad, está en que como adultos no promovamos el consumo, y que mucho menos les demos acceso a bebidas alcohólicas. Por lo que esta es una invitación a que hagamos conciencia al respecto como parte de un ejercicio social para evitar que suceda y se siga normalizando esta práctica.
¹ENCODE 2014
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