Investigadores de la Universidad de Stanford podrían haber encontrado la manera de curar a aquellos pacientes aquejados de depresión severa que no responden a ningún otro tipo de terapia
Investigadores de la Universidad Stanford han desarrollado un nuevo tratamiento de la depresión con ondas electromagnéticas que podría revolucionar el tratamiento de esta enfermedad. Especialmente para aquellos pacientes que no responden a ningún otro tipo de tratamiento.
Una de las dificultades de encontrar un tratamiento efectivo contra la depresión es que afecta a las personas de manera muy distinta. A diferencia de las dolencias puramente físicas, como romperse un brazo, los efectos de la depresión pueden ser muy diferentes en función de cada uno. Mientras que algunos les puede llevar a dormir durante días enteros, a otros les provoca insomnio. Mientras que a algunos les quita el apetito, a otros les lleva a pegarse atracones. La depresión es, en definitiva, una enfermedad compleja, que requiere un tratamiento individualizado. Y lo que es todavía peor: en un 30% de los casos no hay ningún tratamiento que funcione.
Pero esto podría cambiar gracias a un nuevo enfoque ideado por los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford. De momento los resultados son muy prometedores. Tras un pequeño estudio inicial, un 90% de los pacientes tratados indicaron haber notado una disminución significativa de sus síntomas y pensamientos depresivos. Un porcentaje asombroso teniendo en cuenta que ninguna otra terapia de este tipo ha superado tasas de remisión del 55 por ciento.
LEE TAMBIÉN – Esto es lo que pasa en tu cerebro tras una ruptura amorosa, según la ciencia
El tratamiento se llama Stanford Accelerated Intelligent Neuromodulation Therapy (SAINT) y consiste en una forma de estimulación magnética del cerebro. Esta técnica no es nueva y ya se ha utilizado previamente para el tratamiento de la depresión. Pero el equipo de Stanford lo ha mejorado sustancialmente aumentando el número de pulsos magnéticos, acelerando el cronograma de tratamiento y centrándose en áreas más específicas del cerebro para enfocar los pulsos de acuerdo con el neurocircuito de cada individuo.
En el primer estudio participaron 21 personas clasificadas como ‘severamente deprimidas’. Tras finalizar el tratamiento, 19 de ellas fueron clasificadas como «no deprimidos». Antes de comenzar, los 21 pacientes informaron tener pensamientos suicidas periódicos, pero ninguno tuvo pensamientos suicidas después de recibir el tratamiento.
MIRA TAMBIÉN – Por qué tenemos pesadillas y cómo nos pueden afectar psicológicamente cuando son recurrentes
El éxito es todavía más llamativo si se tiene en cuenta que ninguno de los 21 participantes habían experimentado previamente mejoras con medicamentos, estimulación magnética transcraneal o terapia electroconvulsiva.
Según los investigadores, los únicos efectos secundarios de la nueva terapia fueron fatiga y algunas molestias durante el tratamiento.
Los resultados del estudio se publicaron en el American Journal of Psychiatry el pasado seis de abril y ahora ya se está trabajando en una investigación más amplia para validar estos prometedores resultados. El equipo de la investigación se muestra optimista de que el tratamiento SAINT será muy valioso para aquellos pacientes con depresión a los que nos funcionan tratamientos tradicionales como medicamentos o terapia.
TE PUEDE INTERESAR: