El vegetarianismo y el veganismo son formas de vida ya instaladas: un estudio sobre dieta de la Unión Vegetariana Internacional calcula que en el mundo viven unos 600 millones de vegetarianos. En Argentina, el país que hizo de la carne asada un culto, el 9% de la población se define como vegetariana o vegana. Lo mismo hace el 7.8% de los españoles.
Eliminar de la dieta diaria todos los productos derivados de la explotación animal es una decisión ética que transforma la vida cotidiana por completo. También impacta en los negocios: en el informe The Green Revolution, la consultora Lantner habla del “veggie boom” y anticipa que el mercado global de productos veggies alcanzará los 5 mil millones de euros para 2020.
Sí, también en este tema la humanidad está dividida.
PETA, por ejemplo, asegura que sí e incluso promociona alimentos balanceados producidos sin derivados animales.
El veterinario inglés Andrew Knight es otro de los promotores de la dieta veggie para gatos y perros. Knight se opone a las dietas basadas en alimentos industriales pero no ve problemas en suplantarlas por dietas veganas. En un artículo publicado por la Fundación ProVegan, asegura que los gatos y perros pueden vivir «bastante bien» con una dieta vegana acompañada de suplementos alimentarios.
Pero también hay especialistas con una visión opuesta.
LEE TAMBIÉN –Esta es la mejor dieta que puedes seguir si quieres salvar el planeta
En Argentina, la Escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires asegura que los gatos y perros deben comer proteína animal.
En el Reino Unido, la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals, la organización proteccionista más grande del país, amenazó con denunciar a quienes alimenten con una dieta vegana a sus gatos. Aseguran que pone en riesgo la salud de los animales. Lo mismo advierten en Estados Unidos desde la Asociación Americana contra la Crueldad Animal.
La veterinaria y vegana Clarisa Bichutte Harris (@holistica.animal y @muyvegana en redes), compañera de un labrador de dos años llamado Brodie, cree que la dieta vegana en perros y gatos puede incluso considerarse maltrato animal.
“Los gatos son carnívoros estrictos, necesitan sí o sí carne para sobrevivir, no pueden obtener sus nutrientes a partir de materia prima de origen vegetal”, explica Clarisa desde Buenos Aires. “Los perros, en cambio, son carnívoros facultativos. Necesitan carne para desarrollarse plenamente pero en periodos de escasez pueden sobrevivir a partir de nutrientes de origen vegetal por escasos períodos de tiempo”, dice.
Aunque tienen visiones opuestas sobre la alimentación vegana para mascotas, Clarisa coincide con Andrew Night en el rechazo a los «alimentos balanceados» que son producidos industrialmente.
Sin embargo, mientras Knight apunta a los que contienen carne —por su dudosa calidad y origen— la veterinaria argentina advierte que tampoco los veggies son saludables. ¿Por qué?
A veces lo olvidamos, pero los perros domésticos son descendientes del lobo gris. Aunque puedan verse diferente por fuera, por dentro siguen siendo muy parecidos a esos animales que cazan en manada.
La dieta BARF podría pensarse como la versión para perros y gatos de la vuelta a la “comida real” de los humanos. Las siglas significan Biologically Appropriate Raw Food (comida cruda biológicamente adecuada) y lo que propone es volver a la alimentación ancestral de estas especies, emulando la presa.
Clarisa empezó hace poco a probarla con su compañero Brodie y con sus propios pacientes.
“El 50% de la dieta consiste en huesos carnosos, de pollo en general, con su recubrimiento de carne, para que ellos puedan masticarlos. De ahí obtienen el calcio y otros minerales que tiene el hueso. Y la masticación los ayuda a la relajación y la limpieza dental”, explica. El resto de la dieta son vísceras y otra parte son carnes musculares.
MIRA TAMBIÉN – Abre la primera planta industrial de ‘carne artificial’ del mundo
Como es vegana, Clarisa intenta comprar cortes que no sean los que más se piden en las tiendas, para no competir con la demanda de los humanos que comen animales y no favorecer a la industria de la explotación animal.
Siente algo de culpa por la vida que lleva Brodie, su compañero perro. “Creo que no está bien que hayamos domesticado a los lobos y los gatos salvajes y los tengamos viviendo de manera antinatural con nosotros”, dice.
“Brodie tiene su rutina. Juega, sale a pasear dos veces por día, come de manera natural. Pero yo sé que a él le falta y siempre le va a faltar más, porque no es su naturaleza vivir en una casa con humanos”.
Como veterinaria, su sugerencia es que, antes de adoptar un perro o un gato, averigues qué necesita para vivir bien. Cuánto ejercicio. Qué tipo de juegos. Cuántos paseos diarios. Y qué alimentación. “Tenemos que empezar a pensar si realmente está bien que tengamos una convivencia con animales de otra especie a la que no le podamos dar una calidad de vida óptima”, dice.
No importa si tú eres omnívoro, veggie o vegano. Tú tomas la decisión de cómo se alimenta tu compañero perro, así que sigamos cuestionándonos cuál es la mejor forma de hacerlo. Tanto desde la salud, como desde la ética.
TE PUEDE INTERESAR:
Una asistente de cine había comprado la pintura en una tienda de antigüedades en California,…
La agencia espacial aseguró que necesita más tiempo para preparar la nave espacial Crew Dragon…
Nick Rattigan, mejor conocido como Current Joys, regresa con un álbum que, según sus…