Las cataratas de sangre es un flujo de óxido de hierro ubicado en en el valle Taylor, Antártida, desde el 2012 es una zona protegida bajo la conservación de Estados Unidos.
El primero en observar la cascada con un solo color rojizo fue el geólogo británico Thomas Griffith Taylor durante la Expedición Terranova a la Antártida en 1911. Él llamó este fenómeno como Blood Falls y, a partir de entonces, este glaciar lleva su nombre.
Por casi 100 años, se han evaluado diferentes hipótesis sobre el curioso origen de esta coloración en sus cataratas. En un inicio, se creía que el color rojo provenía de una especie de algas rojas. Luego, en 2017 un grupo de científicos planteó la posibilidad de una concentración de óxido de hierro en las aguas.
¿De qué se trata el fenómeno ‘Cataratas de sangre’ en la Antártida?
Recientemente, la Universidad Johns Hopkins publicó un nuevo descubrimiento acerca de este fenómeno. Según el científico del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Material de la Escuela Whiting, Ken Livi, el color rojizo de las cataratas se debe a una gran cantidad de diminutos fragmentos de hierro.
Para determinarlo, Livi utilizó unos microscopios electrónicos de transmisión para examinar los sólidos en las muestras de agua de las cataratas de sangre. Así encontró que las nanoesferas ricas en hierro se oxidan y convierten el agua aparentemente sangrienta o roja.
Ver más: Rayo globular o centella: el extraño fenómeno que los científicos no han podido explicar
Esta sería la primera vez que se detectan estas nanoesferas y que son descritas por el investigador como pequeños objetos redondos, que equivalen a una centésima parte del tamaño de un glóbulo rojo humano promedio, con características físicas y químicas únicas.
“Tan pronto como miré las imágenes del microscopio, noté que había estas pequeñas nanoesferas y que eran ricas en hierro. Y tenían muchos elementos diferentes además del hierro (silicio, calcio, aluminio, sodio) y todos variaban” afirmó Livi a la Revista Hub de Johns Hopkins.
El hecho de que estos elementos contengan una composición química única hace que el agua salada del glaciar tome un color rojizo al deslizarse y encontrarse con el oxígeno, la luz solar y el calor.
Estas minúsculas partículas analizadas recientemente provienen de microbios antiguos y son, por ejemplo, muy abundantes en las aguas de deshielo del glaciar Taylor.
Las ‘Cataratas de sangre’ pueden aportar a otras investigaciones
La Antártida, al ser todavía un lugar desconocido y extraño, es un espacio único para estudiar la vida microbiana en condiciones extremas, sin necesidad de realizar profundas excavaciones en la superficie polar contaminando los ecosistemas frágiles.
También puedes leer: Venezuela está a punto de perder su último glaciar y será el primer país en quedarse sin ellos en los Andes
Según el portal de National Geographic, algunos científicos creen que comprender bien las cataratas de sangre y las distintas vidas del glaciar Taylor es una manera de avanzar en las investigaciones sobre la vida en otros planetas. Por ejemplo, la posibilidad de vida en Marte, la luna de Júpiter (que está completamente cubierta de hielo) o el satélite natural criovolcánicamente activo de Saturno, Encélado.
“Con el advenimiento de las misiones Mars Rover, hubo interés en tratar de analizar los sólidos que salían de las aguas de Blood Falls como si fuera un lugar de aterrizaje marciano”, dijo Livi. “¿Qué pasaría si un Mars Rover aterrizara en la Antártida? ¿Sería capaz de determinar qué estaba causando que las Cataratas de Sangre se pusieran rojas? Es una pregunta fascinante y que varios investigadores estaban considerando”.
NASA Astrobiology Institute -una subdivisión de la NASA- espera que estos astros alberguen ambientes líquidos de agua subglaciales y sean propicios para el desarrollo de formas elementales de vida. Esto es porque su profundidad estarían más protegidos de la radiación ultravioleta y cósmica existente en la superficie.
Te puede interesar: