¿Puede su protesta convertirse en un catalizador del cambio?
Cada vez más jóvenes se hacen la misma pregunta: ¿está bien tener hijos? Las dudas no surgen solo de la inestabilidad económica, el pánico a la responsabilidad o las ganas de seguir apurando madrugadas. Eso sigue estando ahí. Pero en el caso de los BirthStrikers, la vacilación tiene otra raíz: ¿es correcto traer a personas a un mundo al borde del colapso ambiental?
Blythe Pepino tiene 33 años y es una de las jóvenes que se hizo la pregunta. Su respuesta ha sido fundar BirthStrike, una organización para mujeres y hombres que han decidido no tener hijos debido a la “severidad de la crisis ecológica y la inacción actual de las fuerzas de gobierno en relación a esta amenaza existencial”.
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BirthStrike tiene tando de grupo de apoyo como de declaración política, dice la portavoz Alice Brown, de 25 años y residente en Bristol. La organización ya cuenta con varios centenares de miembros, de los que aproximadamente el 80% son mujeres.
A diferencia del movimiento antinatalista (quienes consideran que traer un hijo al mundo es un acto egoísta ya que a la vida solo se viene a sufrir), el objetivo de los ‘birthstrikers‘ no es convencer a la gente de que no tenga hijos ofreciendo argumentos éticos o morales, sino concienciar acerca de la gravedad de la crisis climática que vivimos.
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“La idea de traer un niño a este mundo me aterroriza”, dice Nikki Saville en uno de los vídeos colgados en el canal de YouTube de la organización. “Realmente quiero un hijo. Amo a mi pareja y quiero formar una familia con él, pero no siento que sea un momento en el que puedas hacer esto”, explica Pepino a la CNN.
“Aunque algunas pueden estar motivadas en parte por el hecho de que su elección limita las emisiones de carbono —un estudio reciente encontró que no tener hijos es una de las formas más efectivas de limitar el impacto ambiental individual—, la motivación subyacente es evitar traer un niño a un mundo donde podrían sufrir”, matiza Pepino.
Su miedo no es infundado. Existe consenso científico de que la vida en nuestro planeta será cada vez más complicada debido al empeoramiento de las condiciones ambientales. La temperatura global aumentará de forma dramática, las olas de calor serán más peligrosas, los desastres naturales más devastadores y los incendios más grandes.
Que los miembros de BirthStrike hayan decidido no tener hijos no significa que sugieran que todo el mundo deba hacer lo mismo. En su declaración afirman que el grupo “tiene solidaridad compasiva con todos los padres, celebra su elección y no trata de juzgar a nadie que pretenda tener hijos».
De esta manera se desmarcan de las controvertidas ideas antinatalistas, cuyos planteamientos a menudo han coqueteado con los de racistas y clasistas. Los birthstrikers no creen que la solución pase por una reducción drástica de la población, sino por que los humanos cambien su forma de vivir.
En lo que sí coinciden ambos es en elevar una decisión tan personal como tener hijos a una dimensión pública. Algo legítimo si tenemos en cuenta que se trata de una problemática cuya verdadera solución pasa por las decisiones de los políticos en el poder. Y por la fuerza que hagamos cada uno de nosotros.
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