Hay una cosa que tengo en común con la mayoría de la gente: no me gusta mi cuerpo. Debería ser body positive.
Según tengo entendido, el body positive es la actitud de reforzar la autoestima de las personas que tienen cuerpos no normativos. Eso está bien.
Pero creo que es una trampa.
El otro día estaba mirando Instagram y vi algo que me pareció muy duro. Era la foto de una mujer en bañador, tumbada en una playa de aguas transparentes y arena blanca. El texto decía: “Sé que no tengo el cuerpo perfecto, pero he aprendido a aceptarme a mí misma”. Eso está bien. Pero hay un problema: la mujer tenía un cuerpo perfecto.
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Eso es body positive.
Pero el body positive de gente guapa me pone body negative. Porque, pensé: si ella tiene complejos, ¿cómo debería sentirme yo? ¿Qué clase de trabajo necesitaría mi autoestima en comparación?
El body positive de gente guapa me pone body negative. Porque, piendo: si ellos tienen complejos, ¿cómo debería sentirme yo? ¿Qué clase de trabajo necesitaría mi autoestima en comparación?
Quizás debería contratar a un entrenador personal. Uno que me llevara a entrenar al aire libre. Por ejemplo, al bosque. Y una vez allí, me pegara un tiro por la espalda. Debería suicidarme ahora mismo. Echarme ácido en la cara, cubrirme todo el cuerpo con una sábana y arrojarme al Llobregat.
¿Es eso lo que se siente con el body positive?
Es injusto.
Es terrible porque ya no nos queda nada. Es como si la gente guapa quisiera robarnos lo único que no pueden tener: sentirse como una mierda frente al espejo.
Sentirnos feos.
Es como si la gente guapa quisiera robarnos lo único que no pueden tener: sentirse como una mierda frente al espejo.
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