El Titanic era un liner, así se le conocía a los grandes barcos que transportaban pasajeros a través del océano. Muchos saben que se hundió en su primer viaje, aunque se dijo en su momento que era insumergible. Una argentina sobrevivió a esta catástrofe y a otros dos naufragios.
Violeta Constanza Jessop era una azafata dedicada a las grandes embarcaciones, también era enfermera. Nació en 1887 en Bahía Blanca, Argentina. Hija de inmigrantes irlandeses, empezó su carrera como azafata a los 21 años, en 1908.
En 1911, Jessop empezó a trabajar en el ‘Olympic’, un barco de lujo que en ese momento era la embarcación de civiles más grande del mundo.
Ella estaba a bordo cuando, el 20 de septiembre de 1911, el RMS Olympic zarpó desde Southampton y colisionó con la embarcación de guerra británica HMS Hawke, un accidente menos célebre, sin fallecidos como resultado.
Aunque el daño fue notable, el barco logró llegar de vuelta al puerto sin hundirse, Jessop decidió no discutir ese choque en sus memorias.
Apenas un año después, a los 24 años, Violeta Jessop abordó el RMS Titanic, en abril de 1912. Cuatro días después de zarpar, el 14 de abril de ese año, el Titanic tuvo el accidente que todos conocemos.
La reconocida embarcación golpeó un iceberg al norte del océano Atlántico y se hundió aproximadamente después de dos horas y media del accidente.
Jessop, en el libro donde ordena las experiencias de su vida, describió que le ordenaron que se quedara en la cubierta, como un ejemplo de comportamiento para aquellos que no hablaban inglés, mientras veía como la tripulación llenaba los botes salvavidas.
Posteriormente, le ordenaron abordar el bote salvavidas número 16 y mientras bajaban el bote al agua, uno de los oficiales del Titanic le dio un bebé para que lo cuidara.
La siguiente mañana, Jessop y el resto de los sobrevivientes fueron rescatados a bordo del ‘RMS Carpathia’, de acuerdo a ella misma.
Estando en ese nuevo barco, una mujer se le acercó, le dijo que ese era su bebé, se lo arrancó de las manos y corrió, mientras lloraba a todo pulmón.
El Titanic se hundió entre Southampton y la ciudad de Nueva York. Del estimado de 2224 pasajeros a bordo, murieron más de 1500.
Este hundimiento ha sido material artístico de inspiración y ha servido para una cantidad innumerable de películas. Violeta Jessop también está reflejada en ellas.
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En la película ‘A Night to remember’ (1958), un arquitecto naval le ordena a una azafata que luzca el chaleco salvavidas alrededor de pasajeros y ‘se pasee’ con él, inspirado en la historia de Jessop.
También ocurre en una escena de la más reconocida ‘Titanic’ (1997), donde también un oficial le ordena a una azafata llamada Lucy, que use su chaleco para convencer a los otros pasajeros de hacer lo mismo.
Hay referencias más recientes, incluyendo una novela de horror de Alma Katsu titulada ‘The Deep’, en la que Violeta Jessop es un personaje secundario. El personaje principal y ficticio, conoce a la argentina mientras ambos trabajan en el Titanic.
Posterior al accidente del Titanic, ella siguió trabajando como azafata e incluso estuvo en otro hundimiento, a bordo del ‘RMS Britannic’, en el que murieron 30 de 1066 personas a bordo, en el Mar Mediterráneo.
Luego se descubrió que esto se debió a que el barco golpeó una mina en el océano, lo que causó una misteriosa explosión y su hundimiento en tan solo 55 minutos, el 21 de noviembre de 1916.
Se pudiera decir que este accidente fue igual o más traumático que el del ‘Titanic’, ya que, montada en el bote salvavidas, una de las hélices del barco estaba «arrastrando y cortando» a las embarcaciones de emergencias.
Por esto, Jessop y otros pasajeros tuvieron que saltar de los botes, lo que le causó una severa herida en la cabeza. Un tiempo después estaba nuevamente trabajando.
Se retiró en 1950 y dice haber recibido una llamada misteriosa, ya siendo una adulta mayor, en una noche de tormenta.
Era una mujer que le preguntaba si era ella quien había salvado a una bebé en la noche en que se hundió el Titanic. Violeta contestó que sí, a lo que quien llamaba respondió «yo era esa bebé».
Jessop, quien se ganó merecidamente el sobrenombre de ‘Miss Inhundible’, murió de una falla al corazón en 1971, con 83 años.
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