A pesar de que los nómadas digitales ya no son bienvenidos en varias partes del mundo debido a la gentrificación, una región ha decidido pagar a quienes se muden y comiencen una nueva vida allí.
Extremadura, una región española fronteriza con Portugal, es un área extensa y llena de naturaleza, pero con poca población. Para atraer nuevos residentes, ofrece más de 16.000 dólares a quienes se muden y vivan al menos dos años en la región.
Con un coste de vida hasta un 30% más bajo que en ciudades como Madrid, en aspectos como comida, transporte y servicios, además de una excelente cobertura de fibra óptica y red móvil, esta opción puede resultar muy atractiva.
Para poder iniciar una solicitud y vivir en Extremadura, las personas deben contar con una residencia legal en España. Así mismo, los candidatos deben trabajar en el sector tecnológico y poder desempeñar su labor de forma totalmente remota.
Las mujeres, jóvenes menores de 30 años y personas que se trasladen a pueblos con menos de 5.000 habitantes pueden recibir hasta 11.000 dólares, mientras que el resto recibiría 8.900 dólares. Además, quienes decidan quedarse un año adicional podrían obtener hasta 5.500 dólares más.
La documentación que deben presentar es: el certificado digital o DNI electrónico, documento oficial del país de origen o de otra comunidad autónoma de España que acredite tu lugar de residencia actual y el certificado del empleador que confirme tu capacidad para trabajar de forma remota o, si la persona es independiente, debe existir un documento detallando cómo realizar su trabajo.
Hasta el momento, no se ha anunciado la fecha de apertura de solicitudes en el Boletín Oficial de Extremadura, pero se espera que el proceso se realice de manera electrónica, requiriendo documentos que justifiquen la situación laboral y de residencia.
Los nómadas digitales se han convertido en un problema reciente. Muchas ciudades en todo el mundo han experimentado los efectos de la gentrificación, lo que ha provocado un notable aumento en el coste de vida.
Entre 2014 y 2023, el precio medio de la vivienda en Madrid ha subido alrededor de un 70%, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Del mismo modo, los alquileres en Barcelona han aumentado un 35% entre 2015 y 2022.
La llegada de nuevos residentes con mayor poder adquisitivo y el incremento en los precios de los inmuebles han modificado la composición demográfica de los barrios, afectando la identidad y cohesión social de las comunidades originales.
Aplicaciones como Airbnb han facilitado el acceso a los viajeros, pero han generado malestar entre los residentes locales.
No obstante, la gentrificación también puede revitalizar áreas urbanas, fortalecer la economía y mejorar la calidad de vida en muchos aspectos. Es crucial abordar sus desafíos de manera consciente para evitar que se convierta en una fuerza destructiva para las comunidades existentes.
¿Podrían los nómadas digitales ser la clave para restaurar las zonas despobladas?
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