Una posible secuela de covid dejó a un artista sin poder imaginar ni soñar

El ilustrador Luke McKay enfermó de covid este 2022 después de haber eludido al virus los dos años previos de la pandemia.

Estaba en un viaje en Escocia cuando su prueba dio positivo, así que tuvo que aislarse en la habitación de un hotel antes de regresar a su casa en Estados Unidos.

McKay pasó dos semanas en esa habitación esperando que la fiebre, el malestar general y otros síntomas desaparecieran.

Luego regresó a Estados Unidos y se puso a trabajar de inmediato, aun cuando no se sentía completamente recuperado.

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Ya en la oficina, cuando Luke se sentó a dibujar, notó algo extraño: no podía visualizar imágenes en su mente, después se dio cuenta de que tampoco podía soñar.

El ilustrador pensó que quizá eran síntomas pasajeros, pero a tres meses de que lo dieron de alta por la enfermedad, los síntomas siguen ahí.

«Donde normalmente podría dibujar un automóvil a partir de una imagen mental, ahora necesito tener una imagen de un automóvil en la pantalla junto a mí como referencia mientras dibujo.

«Nunca había necesitado tanto usar imágenes de referencia para hacer mi trabajo como artista como ahora», dijo McKay en una entrevista con Insider.

Los síntomas de Luke tienen un nombre: Afantasia, y puede ser secuela del covid

La afantasia es una limitación neurológica que hace que quienes la desarrollan no puedan formar imágenes mentales.

Esta afección es parte de una larga y creciente lista de trastornos neurológicos relacionados con el covid-19.

Insider reportó que un estudio publicado en 2021 relató el caso de una mujer que tuvo covid con síntomas leves y desarrolló afantasia después de recuperarse de la infección.

La buena noticia es que todo parece indicar que es una condición pasajera, el neurólogo Amit Sachdev señaló que en casos como el de Luke McKay, donde no hay una lesión cerebral visible a través de estudios, lo que se espera es que el cerebro vuelva a sus funciones normales con el tiempo.

Pero también dijo que no hay tratamiento para que eso suceda más rápido y que aún no hay investigaciones que ayuden a saber cuánto tiempo le tomaría al cerebro volver a su estado normal.