Un nuevo proyecto de ley en Irak ha generado gran preocupación y rechazo a nivel internacional. La propuesta busca reducir la edad mínima legal para el matrimonio, permitiendo que las niñas puedan casarse a partir de los 9 años.
Actualmente, la ley establece los 18 años como edad mínima para contraer matrimonio, aunque, con autorización judicial, las jóvenes pueden casarse desde los 15 años.
Esta propuesta contradice las normativas internacionales de derechos humanos, como la Convención sobre los Derechos del Niño, que Irak ratificó. Pues no solo va en contra de los derechos humanos, sino que también pone en peligro la vida y el bienestar de las niñas, dejándolas expuestas a todo tipo de abusos físicos, psicológicos y emocionales, además de los riesgos de la maternidad, ya que no están preparadas.
En Irak, el 28% de las mujeres se casan antes de los 18 años, por lo que este proyecto de ley aumentaría la cifra, sin garantías para protegerlas. Además, las consecuencias de legalizar el matrimonio infantil serían irreversibles, debido a que las niñas perderían su derecho a la educación y al trabajo, y quedarían atrapadas en relaciones que no han elegido.
Organismos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han expresado su preocupación, advirtiendo sobre las consecuencias devastadoras de esta ley.
«El matrimonio precoz no sólo priva a las niñas de su educación, sino que las niñas casadas son más vulnerables a los abusos sexuales y físicos, y a los riesgos para la salud relacionados con los embarazos precoces», dio la Human Rights Watch en un reciente comunicado.
Gracias a la lucha de activistas en Irak, especialmente de mujeres, el proyecto de ley ha enfrentado una fuerte oposición con numerosas protestas en diversas ciudades del país. La llamada «Coalición 188», compuesta por activistas y defensores de derechos humanos, ha liderado los esfuerzos para detener la reforma, exigiendo la protección de los derechos fundamentales de las niñas y previniendo un retroceso en la igualdad de género en Irak.
Aunque la ley ya pasó una primera lectura, aún debe superar varias etapas antes de la votación final. Sin embargo, muchos temen que esta vez, con la mayoría parlamentaria a favor, la reforma sea aprobada.
No es la primera vez que se intenta modificar esta ley: en 2014 y 2017 también se propuso, pero el proyecto no avanzó debido a la fuerte oposición de las mujeres en el país.
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