El principal objetivo del proyecto conservacionista The Rhisotope Project es frenar la caza furtiva de estos animales y evitar su posible extinción
Inyectar isótopos radiactivos en los cuernos del rinoceronte, para hacer que la cornamenta deje de ser atractiva para el mercado negro. Eso es lo que propone un controvertido programa piloto bautizado como The Rhisotope Project.
El proyecto llega impulsado desde la Universidad de Witswatersrand en Johannesburgo (WITS) y cuenta con el apoyo de varias organizaciones conservacionistas y la Colorado State University. ROSATON, la Corporación Estatal de Energía Atómica de la Federación Rusa, también está implicada en esta inusual inicial conservacionista.
Beneficios y riesgos
Los impulsores de The Rhisotope Project defienden la utilidad del proyecto aludiendo a dos dimensiones íntimamente relacionadas. Por un lado, con su idea pretenden desalentar la caza furtiva. Por otro, quieren facilitar el rastreo del comercio ilegal de cuernos de rinoceronte.
El razonamiento de fondo es simple. Los cazadores furtivos matan a cientos de rinocerontes cada año en Sudáfrica porque existe una demanda. Esa demanda está impulsada, sobre todo, por la medicina tradicional de varios rincones de Asia, que otorga a los cuernos de este animal cualidades curativas. A eso hay que sumar a quienes compran este tipo de piezas como expresión de opulencia. “Si lo hacemos radioactivo, esta gente se resiste a comprarlo”, explica James Larkin, director de la Unidad de Radiación y Física de la salud (RHPU) de WITS y jefe científico de la iniciativa.
Además, miles de sensores existentes a lo largo de las fronteras internacionales podrían usarse para detectar ese material radioactivo. “Todo un nuevo ejército de personas podría detectar el movimiento ilegal de cuernos de rinoceronte”, dice el científico.
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La iniciativa echaba a andar a principios de mayo en modo experimental. Para poder determinar si es seguro introducir material radioactivo en el cuerno de estos animales, los investigadores inyectaron un aminoácido en la cornamenta de dos rinocerontes para detectar si el compuesto acababa llegando a los cuerpos de los ejemplares. Por otro lado, se realizarán estudios adicionales en base a modelos informáticos y una réplica de una cabeza de rinoceronte. Esto permitirá determinar una dosis segura de material radiactivo.
El rinoceronte, una especie al borde de la extinción
Sudáfrica alberga el 90% de la población mundial de rinocerontes. Entre 2010 y 2019, más de 9.600 rinocerontes murieron debido a la caza furtiva. La cornamenta de estos animales puede alcanzar un valor de 50.000 dólares el kilo en el mercado negro, y cada cuerno pesa de media 3 kilogramos. Por lo tanto, se trata de uno de los materiales más valiosos del mundo.
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A lo largo de los años se han lanzado muchas iniciativas para proteger a los rinocerontes. Se han implementado unidades especiales dedicadas a perseguir la caza furtiva y se han probado distintas tecnologías de seguimiento. También se ha experimentado con medidas más radicales como la inyección de fluidos venenosos en los cuernos o la amputación preventiva de los cuernos. Los responsables de The Rhisotope Project opinan que esas medidas son insuficientes. “Incluso a pesar de todos esos métodos preventivos, los rinocerontes siguen muriendo a diario a manos de los cazadores furtivos”.
Si se sigue matando a rinocerontes al ritmo actual, la especie podría extinguirse en tan solo 8 o 10 años, aseguran los investigadores.
Otras soluciones al problema
Disuadir, pero también educar. Además de investigar la viabilidad de inyectar sustancias radioactivas en el cuerno de los rinocerontes, The Rhisotope Project también apuesta por implementar programas de educación enfocados en dar a conocer la problemática de este animal para crear conciencia.
«Reconocemos que uno de los mayores superpoderes para salvar los rinocerontes de África es la educación. Sabemos que los niños que crezcan deseando salvar a los rinocerontes se convertirán en los adultos que actúen mañana».
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