La resistencia a la insulina no solo está relacionada con enfermedades crónicas, sino que también eleva significativamente el riesgo de mortalidad en mujeres.
Un reciente estudio hecho en la Universidad de Shandong en China, reveló que la resistencia a la insulina, puede aumentar el riesgo de desarrollar 26 enfermedades, así como la posibilidad de una muerte prematura en mujeres.
Los investigadores estudiaron los datos de unas 430.000 personas entre los 40 y 69 años del Biobanco de Reino Unido, que tenía información sobre sus estilos de vida y su salud, para evaluar si existía una relación entre la resistencia a la insulina y diversas enfermedades.
Los resultados apuntaron que la resistencia a la insulina estaba entre 5,87 y 12,46 unidades. Las causas principales de esta condición fueron el exceso de peso y la falta de ejercicio. Así mismo, las personas mayores, fumadores y personas con sobrepeso presentaban un mayor riesgo.
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Resultados del estudio
El estudio también reveló que la resistencia a la insulina estaba vinculada con enfermedades como la obesidad, hipertensión, problemas cardíacos, ciática y gota. Además, se asociaba con trastornos del sueño, depresión, infecciones y problemas renales.
En las mujeres, el aumento de la resistencia a la insulina incrementaba el riesgo de muerte en un 11%. Esto significa que cuanto más dificultades tenían para utilizar la insulina correctamente, mayor era la probabilidad de desarrollar enfermedades graves o morir. Sin embargo, en los hombres no se observó esta misma relación.
Aunque el estudio no ofrece soluciones específicas, sugiere que controlar la resistencia a la insulina mediante un estilo de vida saludable, como el ejercicio regular y una dieta equilibrada, podría ayudar a reducir el riesgo de estas enfermedades.
La resistencia a la insulina ocurre cuando el cuerpo no usa la insulina de manera efectiva, lo que hace que la glucosa, o sea el azúcar, no entre en las células correctamente.
Como resultado, el azúcar no puede entrar en las células tan fácilmente, por lo que queda en la sangre. Cuando esto pasa, el cuerpo intenta resolver el problema produciendo más insulina, como si intentara usar más llaves para abrir la puerta. Pero si las células siguen sin responder bien, el azúcar sigue acumulándose en la sangre.
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