En un contexto actual donde cada vez se cuestionan más los métodos de aplicaciones y herramientas digitales para salvaguardar la seguridad de sus usuarios, un nuevo episodio ocurrido en China vuelve a poner en jaque dónde están los límites –si es que existen– de la privacidad digital.
Un hombre de 28 años, del que solo ha trascendido su apellido, Huang, visitó en diciembre del año pasado a su ex pareja, en la ciudad sureña de Nanning, con la excusa de que tenía que devolverle parte del dinero que ella le había prestado cuando estaban saliendo.
La mujer, con el apellido Dong, estaba enferma en ese momento. Así que Huang se ofreció para prepararle la comida y le dio algunas medicinas para el resfriado. Sin embargo, él no fue allí para cuidarla: todo era una artimaña para que ella se quedase tranquilamente dormida y él pudiera robarla. Huang puso el dedo de Dong en su teléfono para desbloquear el dispositivo. A continuación, estando ella profundamente dormida, le levantó con cuidado los párpados para pasar el control de reconocimiento facial en la aplicación de pago Alipay, según documentos judiciales vistos por The Times.
Una vez dentro de la app, transfirió 154.000 yuanes chinos (unos 24.200 dólares o 21.460 euros) a su propia cuenta. Completó el hurto saliendo por la puerta con el teléfono de su exnovia y uno de sus abrigos.
Cuando Dong se despertó a la mañana siguiente pudo comprobar los registros de la transferencia realizada por su exnovio en su otro móvil. Él había cortado todo tipo de relación. Rápidamente la mujer acudió a la policía y redactó un informe contando lo ocurrido, del que ahora trasciende toda esta información.
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Huang huyó de la ciudad y no fue hasta el pasado mes de abril cuando dieron con él y le arrestaron. Hace solo unos días se conocía la sentencia y el caso salía a la luz: el hombre ha sido condenado a 3 años y medio de prisión y multado con 20.000 yuanes chinos por robarle a su exnovia desde su cuenta de pagos del teléfono.
Los hechos se hicieron virales en las redes sociales, donde han sido muy comentados. Algunos usuarios se preguntan si lo más seguro a partir de ahora es desactivar las funciones de pago facial y de huellas dactilares, y volver a usar usar contraseñas clásicas.
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