Kamala Harris podría escribir una nueva página en la historia de EE.UU. si consigue convertirse en la candidata a la presidencia y logra vencer a Donald Trump
La renuncia de Joe Biden a su candidatura para la reelección en la presidencia de EE.UU. le dio un vuelco a la política de este país y le dio un impulso a Kamala Harris para reemplazarlo.
Los constantes errores en los discursos y estado de salud de Biden en las últimas semanas generaron una gran presión. Las críticas se enfocaron en si el actual mandatario de 81 años estaba en las condiciones físicas y mentales para enfrentar una campaña presidencial.
Esto llevó a varios sectores del Partido Demócrata a cuestionar la viabilidad de tener a Biden como su candidato para enfrentar a Donald Trump en las elecciones de noviembre.
Además, los republicanos en cabeza de Trump también aprovecharon esta situación criticando que Joe Biden no era apto para asumir un nuevo periodo presidencial.
Los rumores de que Biden iba a dar un paso al costado se hicieron realidad cuando el pasado domingo el presidente anunció que renunciaba a su candidatura.
«Ha sido el mayor honor de mi vida servir como su presidente. Y aunque mi intención ha sido buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y para el país es que me retire y me centre únicamente en cumplir con mis obligaciones como presidente durante el resto de mi mandato», dijo en una carta.
Sin embargo, Biden no solo anunció su retiro sino que también le dio respaldo a su vicepresidenta Kamala Harris para que lo reemplace en esta contienda electoral.
De esta forma, le pidió a los demócratas «unirse» y apoyar a Harris como la candidata presidencial para «vencer a Trump».
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¿Quién es Kamala Harris?
La actual vicepresidenta no tiene una larga experiencia política como Biden. Su nombre tomó relevancia cuando en agosto de 2020 el entonces candidato demócrata Joe Biden la nombró como su fórmula vicepresidencial.
Fue así como Kamala Harris se convirtió en la primera mujer en la historia en ocupar la vicepresidencia de EE.UU. luego de que vencieran a Trump en los comicios de ese año.
Esta mujer, de origen afrodescendiente y asiático, nació en Oakland (California) y tiene 59 años.
Ella siempre se ha sentido orgullosa de la lucha por los derechos civiles de sus padres: un jamaiquino profesor de economía y una hindú tamil (fallecida) que investigaba el cáncer de mama.
Harris estudió en la Universidad de Howard, una institución educativa donde la mayoría de sus graduados son personas afrodescendientes.
Esta demócrata está casada desde agosto de 2014 con Douglas Emhoff, abogado y padre de dos hijos.
Desde 1990 hasta 1998 se desempeñó como fiscal de distrito adjunta en el condado de Alameda (California).
En 2003 Harris derrotó a Terence Hallinan y se convirtió en la Fiscal de Distrito en el condado de San Francisco.
En 2010 fue elegida como la Fiscal General de California, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana en ocupar este cargo.
Su labor como fiscal fue destacada y en 2014 fue reelegida. Ella se definió a sí misma como una “fiscal progresista” con posiciones muy claras frente a temas tan controvertidos como el matrimonio gay y la pena de muerte.
Tres años más tarde Kamala Harris fue elegida senadora por el estado de California, liderando proyectos de garantías para los inmigrantes.
En enero de 2017 juró el cargo en el Senado donde se convirtió en la primera mujer con orígenes en el sur de Asia y en la segunda senadora negra de la historia.
Tras ganar protagonismo dentro del partido demócrata, decidió postularse como candidata a la presidencia en 2020. Sin embargo abandonó su aspiración durante las primeras elecciones primarias y tiempo después anunció su apoyo a la candidatura de Joe Biden.
¿Cómo se convertiría Kamala Harris en la primera presidenta de EE.UU.?
La vicepresidenta Kamala Harris podría escribir una nueva página en la historia de Estados Unidos si consigue convertirse en la candidata a la presidencia.
El apoyo de Biden y de un amplio sector del Partido Demócrata podría allanarle el camino para conseguirlo.
Sin embargo, el sistema electoral estadounidense es complejo y sabe que el camino para recibir la nominación es su prioridad.
Lo cierto es que parte como la gran favorita para enfrentarse a Donald Trump en las elecciones de noviembre.
Pero los demócratas están en una lucha contra el tiempo. Las elecciones son en poco más de tres meses y deberán nombrar a su nuevo candidato en la convención que se realizará en Chicago el 19 de agosto.
Algunos expertos aseguran que los demócratas podrían anticipar este anuncio. Kamala Harris ya contaría con un amplio apoyo y algunos de sus posibles contendores también le han mostrado su respaldo.
Por ejemplo, los gobernadores de California, Michigan, Illinois, Minnesota, Wisconsin y Maryland que sonaban en la baraja de aspirantes le dieron su apoyo.
Una persona cercana a la vicepresidenta reveló que Harris habló durante más de 10 horas con unos 100 líderes demócratas, entre congresistas, gobernadores y otras personas de este sector.
El nivel de apoyo viene aumentando. El expresidente Bill Clinton y su esposa Hillary, ex secretaria de Estado, fueron unos de los primeros en darle su respaldo.
La candidatura de Kamala Harris oxigena unas elecciones que iban a disputar dos políticos de edad avanzada e impopulares entre muchos votantes.
De hecho, este cambio de candidato obliga al equipo de Trump a replantear su estrategia de campaña que se enfocó en mostrar a Biden como un anciano «torpe» e «ineficiente».
Curiosamente estos argumentos podrían devolvérsele a Trump porque Harris es casi 20 años menor que él. Además, ella podría arrinconarlo con sus escándalos legales.
El apoyo a Harris también tuvo un efecto crucial para la campaña: recaudó más de 49 millones de dólares en donaciones de las bases en menos de 24 horas luego de que Biden renunciara.
Biden ya había sido elegido como candidato y ahora los demócratas tendrán que hacer una campaña exprés. El principal objetivo es convencer a gran parte de los 250 millones de estadounidenses en edad para votar de que Harris es la mejor opción.
Es posible que el Partido Demócrata convoque a una especie de convención para agilizar este proceso y que unos 4.000 delegados elijan a su candidato.
La agencia AP reveló que Harris se está moviendo rápidamente para tener el respaldo de los delegados demócratas. La renuncia de Biden deja a estos delegados en libertad para votar por quien quieran luego de que mostraran su apoyo al presidente.
Kamala necesita sumar el apoyo de al menos 1.986 delegados para obtener esa nominación demócrata. De hecho, Biden ya tenía 3.800 delegados pero esos no son endosables a Harris.
La prioridad es lograr la nominación, elegir a su compañero de fórmula y poner a andar una campaña en menos de 100 días que podría hacer historia si consigue ganar la presidencia.
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