China trajo dos kilómetros de rocas de la Luna que ayudarán a resolver los misterios de la cara oculta del satélite natural de la Tierra, la cual ha sido casi inexplorada.
Este martes 25 de junio, la sonda Chang’e-6 regresó trasportando las primeras muestras de la superficie invisible de la Luna. De esta forma termina con éxito un viaje de 53 días que marca un hito en la historia espacial asiática.
La cápsula de retorno con las muestras se separó del módulo orbital y llegó a la Tierra en paracaídas a las 14.07 (hora local) en la estepa de Mongolia Interior, al norte de China
Ahora, las rocas recuperadas se enviarán a un laboratorio en Pekín y se espera que ayude a los científicos a observar la evolución de la Luna. Asimismo, quieren con esto encontrar más datos relevantes para las siguientes misiones.
En un primer examen en Pekín, los especialistas aseguraron que los investigadores de otras nacionalidades también podrán tener acceso a los estudios de estas rocas.
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El pasado 3 de mayo empezó la misión con el lanzamiento de la nave robótica a bordo de un cohete Long March 5. Posteriormente, el 2 de junio, el módulo se separó del orbitador y llegó a la Cuenca Aitken del polo sur de la Luna; allí el Chang’e 6 descendió hasta un cráter formado hace unos 4 mil millones de años y que se cree que podría contener agua.
Luego de recoger las rocas de dos kilómetros de muestras, la nave desplegó un rover de cinco kilos que buscó una posición correcta para tomar una imagen del módulo de aterrizaje con los brazos robóticos, usados para perforar el terreno. El 21 de junio, el orbitador inició su regreso a la Tierra.
Desde Pekín ya se destituyeron pequeñas cantidades de muestras a diferentes instituciones internacionales. Durante estos días, los científicos chinos dijeron que han identificado grafeno natural.
Cabe mencionar que aunque en otras misiones se han recuperado fragmentos de la Luna, nunca se había obtenido muestras de la cara oculta.
«Existen diferencias significativas entre estas dos caras en términos de espesor de la corteza lunar, actividad volcánica y composición. Se espera que las muestras del Chang’e 6, al ser las primeras obtenidas de la cara oculta, respondan una de las preguntas científicas más fundamentales en la investigación científica lunar: ¿Qué actividad geológica es responsable de las diferencias entre las dos caras?», señala Zongyu Yue, geólogo de la Academia de Ciencias de China, en un artículo en la revista The Innovation.
Los expertos chinos dijeron que probablemente las muestras tendrían roca volcánica de 2,5 millones de años combinada con pequeñas cantidades de material generado por impactos de meteoritos cercanos.
«La mayor esperanza es que las muestras contengan algunos derretimientos de impacto (fragmentos generados cuando cuerpos más pequeños chocan contra la Luna) del cráter Apolo que pueden proporcionar limitaciones cruciales en el flujo de impacto temprano de la Luna», continúa Yue. «Una vez que se obtenga esta información, no solo ayudará a aclarar el papel de los primeros impactos de meteoritos en la evolución de la Luna, sino que también será de gran importancia en el análisis de la historia de los primeros impactos del sistema solar interior».
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