B.1.1.529, así llamaron los expertos provisionalmente a la nueva variante del coronavirus que nació en Sudáfrica. La Organización Mundial de la Salud le asignará un nombre griego como a las anteriores mutaciones del virus, pero, ¿por qué esta nueva variante ha encendido las alarmas internacionalmente?
Es un hecho que el coronavirus está en constante renovación pero por distintas características, el virus muta de forma inusual en diferentes partes del mundo dando como resultado una cepa más contagiosa. Ocurrió en el pasado con las variantes Alpha y Delta.
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El caso de Sudáfrica no es distinto, pero sí que es más alarmante. Si bien no existen los registros suficientes para saber el impacto que esta nueva mutación del coronavirus tiene en nuestro organismo, la comunidad científica la describe como una cepa peligrosa.
En diálogos con la BBC, el profesor Tulio de Oliveira, director del Centro de Innovación y Respuesta a Epidemias en Sudáfrica manifestó que esta nueva variante del coronavirus dio un salto evolutivo inusual y sorprendente.
«Esta variante nos sorprendió. Tiene un gran salto en la evolución y muchas más mutaciones de las que esperábamos», manifestó.
Oliveira dijo que se presentaron 50 mutaciones en general y más de 30 en la proteína de pico, que es el objetivo de la mayoría de las vacunas. En la parte del dominio de unión, que es la parte del virus que hace contacto con las células de nuestro cuerpo, la variante sudafricana mostró 10 mutaciones, en comparación a las dos mutaciones que tiene la variante Delta.
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Ciertamente, el número de mutaciones que tiene el virus no es lo que más preocupa, la preocupación radica en que esta nueva variante es radicalmente diferente al virus original. Esto, a grandes rasgos, podría significar que las vacunas que tomaron como referencia a la cepa de Wuhan, podrían disminuir o perder su efecto.
«Nos preocupa que este virus pueda tener una transmisibilidad mejorada, una capacidad mejorada para propagarse de persona a persona, pero también podría evitar partes del sistema inmunológico», manifestó el científico Richard Lessells, de la Universidad de KwaZulu-Natal en Sudáfrica.
Si bien es pronto para sacar conclusiones sobre los efectos de la nueva cepa sudafricana, los países han comenzado a tomar medidas para prevenir su propagación.
El primer caso confirmado por fuera de Sudáfrica se reportó en Bélgica el pasado 11 de noviembre. El portador del virus fue un viajero que llegó desde Egipto.
Ante esto y la nueva información que se ha podido recolectar sobre la mutación, Reino Unido canceló los vuelos con destino a Sudáfrica. Además, los viajeros que llegan al país provenientes de África, deberán hacer cuarentena obligatoria.
Francia hizo lo propio y canceló los vuelos hacia el continente africano por las próximas 48 horas. Alemania, Japón, Singapur e Italia adoptaron medidas similares.
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