Gato en una jaula. Foto: Midjourney
Imagina que te vas de viaje y dejas a tu animal de compañía al cuidado de tu pareja y cuando llegas a tu casa, tu compañero peludo no está por ningún lado. Pues esto fue lo que le ocurrió a una mujer que le pidió el divorcio a su esposo por llevar a su gato a un refugio de adopción sin su autorización.
La historia se hizo viral en Twitter pero surgió en Reddit. Allí una mujer cuenta por el momento que está atravesando con su pareja, luego que este decidiera arrebatarle a su gato Benji.
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Todo empieza con un contexto de cómo llegó Benji a su vida. La mujer contó que adoptó al gato cuando apenas era un bebé días después de que su padre falleciera.
La mujer anónima menciona que el vínculo que creó con Benji es tal que ella siente, de alguna manera, que es una especie de reencarnación de su papá. Ella en su gato ha encontrado el consuelo de la partida repentina de su padre.
Pues bien, hace un par de semanas, ella salió de viaje con sus hermanas y su mamá. Dejó a Benji al cuidado de su esposo y cuando llegó a su casa, el gato no estaba por ninguna parte.
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En su historia la mujer cuenta que cuando llegó a su casa y el gato no estaba, jamás imaginó que su esposo lo había regalado.
«Después de mi búsqueda frenética adentro y de salir para seguir buscando, mi esposo me informa que Benji se está ‘quedando con un amigo'», contó la mujer.
Minutos después, ella llamó al amigo de su esposo que tenía el gato, pero este le dijo que no se lo devolvería. Eran cómplices.
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Sin embargo, después de unos días ella averiguó que el gato no estaba con el amigo de su esposo. Benji estaba en realidad en un refugio de adopción de gatos.
«Le pregunté a mi esposo ‘¿Qué estaba pasando?’ ¡Le dije que tengo a la policía involucrada y que necesita entregar al gato lo antes posible! Resulta que Benji estaba en un refugio local. Nunca estuvo con el compañero de trabajo», aseguró.
La mujer contó que fue al refugio y, para su fortuna, no habían adoptado a Benji; no obstante, tuvo que presentar la documentación pertinente y una denuncia policial contra su esposo para que se lo devolvieran. El chip de identificación del gato también fue de ayuda.
Desde entonces, la mujer asegura que no volvió a su casa y que le pidió el divorcio a su esposo. Actualmente se está quedando donde sus hermanas y dice que el gato está muy estresado por lo que vivió.
«Lo llevé directamente a la casa de mis hermanas, donde también me quedaré por el momento. Mi hermana se divorció y se ha vuelto a casar, así que me ayudará a ordenar todo el papeleo y a prepararme para solicitar el divorcio».
¿Crees que algo como lo que le pasó a esta mujer es una causal suficiente para pedir el divorcio?
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