Manuel asegura que su detención se dio por su orientación sexual, mientras los funcionarios qataríes insisten en que fue arrestado por delitos vinculados a drogas.
El mexicano Manuel Guerrero Aviña regresó a Ciudad de México luego de pasar 6 meses detenido en Qatar.
Manuel asegura que su detención se dio por su orientación sexual, mientras los funcionarios qataríes insisten en que fue arrestado por delitos vinculados a drogas.
“Durante el interrogatorio, todo lo que me preguntaron fue sobre mis parejas sexuales, mi orientación sexual. Si solo fuera un caso de drogas, me habrían preguntado por drogas”, dijo Manuel en una entrevista con BBC.
Guerrero fue arrestado en febrero después de concretar una cita con otro hombre en la aplicación de encuentros gays Grinder, sin imaginar que terminaría viéndose con un agente de policía encubierto
Manuel dice que fue perseguido por ser gay y le advirtió a la comunidad LGBT que “tengan cuidado cuando visiten Qatar. Nunca pensé que volvería a casa”.
El hombre de 45 años había vivido sin problemas siete años en Qatar, un país que criminaliza la homosexualidad.
“Lo que me pasó a mí podría pasarle a cualquiera”, afirmó.
En una audiencia judicial, que se dio en junio, el mexicano fue declarado culpable por posesión ilegal de sustancias, recibió una pena de seis meses de prisión con suspensión de condena, una multa de 2.700 dólares y una orden de expulsión.
Ahora, al volver a su país, Manuel quiere reconstruir su vida, pese a la amarga experiencia que vivió.
Así fue la detención de Manuel Guerrero en febrero
A principios de febrero, un hombre contactó a Manuel Guerrero a través de Grindr, una conocida aplicación de citas entre hombres gays, para invitarlo a una reunión privada con miembros de la comunidad LGTB en Doha, la capital de Catar.
Manuel llevaba una vida normal en Qatar y había entendido como funcionaban la dinámica para poder salir con otros chicos, manteniéndose lejos de los problemas. Una de ellas era conocer a otros hombres a puerta cerrada, es decir en alguna casa, para levantar ninguna sospecha-
Es por eso que la invitación la aceptó sin pensar mal del hombre con el que estaba chateando. Pero la realidad era otra y se trataba de un policía: “Nunca me pasó por la cabeza que me estaba metiendo en algún problema y al principio, me costó asimilar que todas las conversaciones que tuve con él habían sido falsas”, contó en una entrevista para El País.
Luego de ser detenido junto a un ciudadano marroquí que iba a ir también a la reunión, Guerrero intentó explicar que no había hecho nada malo: “Ilusamente, pensé que dialogando podía convencerlos de que no había hecho nada malo, pero creo que compliqué más las cosas”.
Según esta versión, los agentes les sembraron metanfetaminas y los acusaron de posesión de drogas para justificar el arresto.
Recordemos que el país árabe es una monarquía absoluta regida por una interpretación puritana de la ley islámica, en donde se considera que la homosexualidad es un “pecado” y la castiga hasta con siete años de cárcel.
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