Venezuela atraviesa una tensión política porque Nicolás Maduro se autoproclamó ganador de unas elecciones presidenciales marcadas por denuncias de fraude, mientras su contendor, Edmundo González, también reivindicó la victoria.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció sobre la media noche que el actual mandatario era supuestamente el ganador de los comicios al obtener 5.1 millones de votos (51.2 %) frente a los 4.4 millones de votos (44.2%) que obtuvo el candidato opositor Edmundo González.
De esta forma, Maduro supuestamente habría sido reelegido para un tercer mandato consecutivo en Venezuela; mientras la oposición denunció graves cuestionamientos sobre la transparencia de este proceso electoral.
Con un 80% del escrutinio, el organismo electoral dominado por el oficialismo anunció estos resultados que generaron el rechazo de varios países de la región como EE.UU., Chile, Perú, Argentina, Costa Rica, Guatemala, España, Uruguay y la Unión Europa.
«Puedo decir ante el pueblo de Venezuela y el mundo: soy Nicolás Maduro Moros, presidente reelecto de la República Bolivariana de Venezuela… Va a haber paz estabilidad y justicia. Paz y respeto a la ley», dijo.
La oposición, liderada por María Corina Machado, pidió defender cada uno de los votos luego de que las encuestas a boca de urna dieran como ganador a González.
De esta forma, Machado y González se autoproclamaron victoriosos de estos comicios argumentando que habían obtenido al menos el 70% de la votación.
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Además, denunciaron algunas irregularidades durante el escrutinio en donde se le impidió a sus testigos acceder a los centros de votación y porque no les entregaron las copias de las actas que emite la máquina de votación para cotejar los resultados.
«Ganamos y todo el mundo lo sabe… Venezuela tiene un nuevo presidente electo y es Edmundo González Urrutia… Esto no es un fraude más, esto es desconocer y violar groseramente la voluntad popular», aseguró Machado.
Maduro lleva en el poder desde el 2013 y con estos resultados, denunciados como fraudulentos, podría extender su gobierno hasta el 2031.
González también dijo que durante este proceso se «violaron» todas las normas pero el mensaje de la oposición seguirá siendo de paz y reconciliación.
«Nuestra lucha continúa. No descansaremos hasta que la voluntad del pueblo de Venezuela sea reflejada», insistió.
Los resultados provocaron una dura reacción de varios gobiernos del mundo cuestionando esta reelección de Maduro y pidiendo transparencia en el conteo de votos.
Uno de los primeros en pronunciarse fue el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, que mostró su preocupación porque este resultado no «refleja la voluntad o los votos» de los venezolanos.
«Es fundamental que cada voto se cuente de forma justa y transparente, que los funcionarios electorales compartan la información con la oposición y que las autoridades electorales publiquen la tabulación detallada de los votos», agregó.
Otros países también se sumaron a los reclamos como Chile, Costa Rica, Perú, República Dominicana, Panamá, Paraguay, Argentina, Ecuador, Guatemala, Uruguay que exigieron una «revisión completa de los resultados«.
Además, la ONU y la Unión Europea pidieron compartir toda la información que permita tener una transparencia total en el conteo de los votos.
El presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric, dijo que estos resultados son difíciles de creer y por eso exigió transparencia en las actas del conteo de votos.
«Exigimos total transparencia de las actas y el proceso y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable», aseguró.
Uno de los pronunciamientos más esperados fueron los de los gobiernos de Colombia y Brasil por su cercanía ideológica con Maduro. Los dos países pidieron una verificación imparcial de los resultados con un reconteo de los votos que permita tener una transparencia y legitimidad de estas elecciones.
«Hacemos un llamado para que, a la mayor brevedad, se proceda con el conteo total de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente», dijo el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo.
En contraste a estos cuestionamientos, el régimen de Maduro recibió el apoyo de países aliados como China, Rusia, Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras.
El portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores dijo que China está dispuesta a «enriquecer la asociación estratégica» con el gobierno de Nicolás Maduro y Venezuela.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, felicitó a Maduro y dijo que los dos países tienen una «asociación estratégica» y espera que logren desarrollarla en todos los ámbitos.
Millones de venezolanos estaban esperanzados con sacar a Maduro en estas elecciones y poner fin al régimen chavista que lleva 25 años en el poder.
De esta forma, la oposición logró mantener y despertar ese sentimiento de que las cosas podrían cambiar pero los resultados reportados por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela volvió a decepcionarlos.
Denuncias de fraude y todo tipo de irregularidades marcaron la jornada de estas elecciones en donde la comunidad internacional pide trasparencia y la oposición asegura haber ganado.
Lo cierto es que el sentimiento de lo ocurrido se vio en las calles de varias ciudades venezolanas que amanecieron desiertas en un ambiente de total incertidumbre sobre lo que puede pasar.
En la noche se registraron varios cacerolazos en signo de protesta luego de que el CNE diera como ganador a Maduro.
Por su parte, aún se desconoce qué medidas tomará la oposición liderada por María Corina Machado y su candidato Edmundo González.
«No era lo que esperábamos… Teníamos la esperanza de que por lo menos hubiese un cambio, pero siempre gana la tiranía y siempre gana la trampa. Sé que la única salida es irse», dijo Veruska Donado, una enfermera de 34 años.
Millones de exiliados también se concentraron y hasta viajaron de regreso a Venezuela esperanzados de que con su voto podrían ayudar a que su país cambiara de rumbo.
Freddy Polanco, un chef de 54 años, aseguró que el resultado es un «fraude» y todo lo que esperaban se derrumbó.
«Queremos un cambio para Venezuela, que nuestra familia venga otra vez para Venezuela, que volvieran las grandes empresas aquí a nuestro país», aseguró.
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