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En Luisiana, en el sur de Estados Unidos, los legisladores (de mayoría republicanos) aprobaron en definitiva un proyecto de ley que condena la posesión de las píldoras abortivas mifepristona y misoprostol sin receta médica.
La ley logró ser aprobada en el Congreso estatal con 29 votos a favor y 7 en contra en el Senado, y 64 a favor y 29 en contra en la Cámara de Representantes.
Esta es la primera vez que se clasifica estos fármacos como sustancias “controladas y peligrosas”. Se espera que el gobernador del estado, el republicano Jeff Landry, de su firma sin ningún problema.
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Quien posea estos medicamentos sin ninguna orden médica, podrá pagar hasta cinco años de cárcel y una multa de 5.000 dólares.
A través de su perfil de X (Twitter), la vicepresidenta Kamala Harris calificó esta nueva ley como «absolutamente desmesurada».
En Luisiana el aborto está prohibido y tiene excepciones muy limitadas, como en casos de riesgo para la vida de la madre o que el feto tenga anomalías que pongan en riesgo la vida.
Los médicos y defensores de los derechos reproductivos han expresado alarma por la polémica medida, pero, por otro lado, la medida cuenta con el apoyo de grupos antiaborto.
Aunque en el país diferentes territorios tienen legalizado el aborto, hay muchos otros que prohíben su práctica. Algunos de estos son Dakota del norte, Dakota del sur, Idaho, Texas, Alabama, Arkansas, Idaho, Indiana, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Missouri, Oklahoma, Tennessee y Virginia Occidental.
Muchos de estos estados prohíben el aborto sin ninguna excepción, ni siquiera hablando de violaciones o incesto.
Según una encuesta publicada por el Pew Research Center, el 63% de los estadounidenses está de acuerdo con el aborto en la gran mayoría de los casos.
“Luego de la sentencia de Dobbs, 25 estados han prohibido o restringido el aborto. 14 estados prácticamente lo han prohibido por completo o no tienen las instalaciones, adecuadas para que las personas puedan acceder a este tipo de servicios”, dijo la abogada venezolana Fanny Cata Gómez-Lugo, directora de Investigación e Incidencia en el Women’s Equity Center (WEC), una organización que trabaja con personas y organizaciones que lideran la lucha por la libertad reproductiva en América Latina.
El pasado 6 de mayo, entró en vigor en Florida una prohibición al aborto después de la sexta semana. A pesar de que recibió el visto bueno de la Suprema Corte del Estado, la medida fue criticada por restringir la interrupción de la gestación a un periodo en el que muchas mujeres aún no saben que están embarazadas.
La ley anterior permitía que las mujeres abortaran hasta la semana 15 de gestación.
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