Las plantas cultivadas en suelo lunar crecen con raíces atrofiadas y tallos y hojas más pequeños
Por primera vez en la historia, dos científicos de la Universidad de Florida (EEUU) han cultivado plantas en tierra lunar en un laboratorio. Para ello han utilizando muestras de suelo recolectadas durante las misiones Apolo a la luna.
La investigación
En el artículo publicado en la revista Communications Biology, Anna-Lisa Paul y Robert Ferl, explican que han utilizado tierra lunar recolectada por las diversas misiones Apolo hace 50 años para pantar plantas en él. Estas muestras de polvo y rocas habían sido estudiadas desde diversos ámbitos científicos, pero nunca antes se habían utilizado para el cultivo.
Las resultados han sido sorprendentes. Efectivamente, los vegetales germinan en suelo lunar o regolito, aunque crecen mucho peor que en suelo terrestre.
La mayoría de plantas germinaron entre 48 y 60 horas después de sembrar la semilla, como se da en la agricultura terrestre. Los investigadores no esperaban que fuera tan rápido.
Aun así, al sexto día empezaron a notar diferencias en el desarrollo entre las plantas lunares y el grupo de control (plantas en ceniza volcánica). Primero, cada planta crecía diferente según el tipo de muestra en el que se encontraba. Además, crecían más lentamente, tenían una pigmentación rojiza y tenían las raíces y algunas hojas atrofiadas.
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Este estudio, a parte de ser un hito histórico en la experimentación agrícola, podría sentar las bases del cultivo en la Luna, algo imprescindible si se quiere hacer posible el programa Artemis de la NASA, que pretende alojar a la primera mujer y a la primera persona del color en la luna a finales de esta década.
“Esta investigación es fundamental para los objetivos de exploración humana a largo plazo de la NASA, ya que tendremos que utilizar los recursos encontrados en la Luna y Marte para desarrollar fuentes de alimentos para los futuros astronautas que vivan y operen en el espacio profundo”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson.
Las muestras del Apolo
Parece todo muy idílico y fácil, pero no fue así. La NASA sólo les cedió 12 gramos de tierra lunar para llevar a cabo su proyecto, unas muestras pertenecientes a las misiones Apolo 11, 12 y 17 a la Luna. De hecho, Paul y Ferl ya habían solicitado poder experimentar con el regolito en tres ocasiones en un transcurso de 11 años. Hace 15 meses, se lo concedieron.
Con tan solo 12 gramos (el equivalente a la cucharadita de azúcar que te tiras en el café), los científicos tuvieron que planificar el experimento a pequeña escala. Crearon un jardín lunar con huecos divididos con placas de plástico diminutas que normalmente se utilizan para cultivar células. Cada uno de los huecos funcionaba como una maceta donde había tan solo 1 gramo de suelo lunar. Lo mezclaron con una solución nutritiva y le añadieron unas cuantas semillas de la planta Arabidopsis.
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Los científicos explican que “cada planta crecía diferente según el tipo de muestra en el que se encontraba”. Había algunas muestras del Apolo 11 y 12, que se posaron en zonas más expuestas a la radiación cósmica y el viento solar. Otras eran del Apolo 17, que trajo a la tierra material más protegido y menos maduro. Por lo tanto, este estudio no solo muestra la posibilidad de plantar en la Luna, también muestra dónde se tendrían que sembrar las primeras cosechas lunares.
“Para futuras misiones espaciales más largas, podemos usar la Luna como centro o plataforma de lanzamiento”, dijo Ferl en un comunicado. “¿Qué harían las plantas en un invernadero lunar? ¿Podríamos tener agricultores lunares?”.
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