«Esta botella fue arrojada al océano Atlántico. Por favor, completa la información y devuélvenos la botella», dice parte del mensaje de la carta.
Adam Travis, un guía estadounidense de aves acuáticas, encontró una botella con una carta en su interior en Shinnecock Bay, Nueva York.
El hombre vio una botella verde tirada cerca de la vegetación de un pantano en la bahía Shinnecock en Long Island y para su sorpresa había una carta “enrollada y en perfectas condiciones” en su interior.
En ese momento, Travis no se imaginaba la historia que había detrás, lo que descubrió al compartir las imágenes de la botella y de la carta en Facebook.
«Querido buscador: Como parte de un proyecto de Ciencias de la Tierra de noveno curso, esta botella fue arrojada al océano Atlántico cerca de Long Island. Por favor, completa la información y devuélvenos la botella. Merci, Gracias, Danke, Thank You, Shawn y Ben», decía la carta, redactada desde el instituto Mattituck, de Long Island, en octubre de 1992.
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La carta fue idea de un profesor que falleció en el 2023
Luego de que las fotos se compartieran en el grupo de Facebook Mattituck High School Alumni, se generó gran furor por cómo permaneció intacta durante 32 años y cómo fue encontrada a unos pocos kilómetros de la escuela secundaria.
Algunos de los estudiantes que redactaron la carta comentaron la publicación, recordando al maestro que asignó el proyecto: Richard E. Brooks.
«Señor Brooks fue un maestro increíble. Qué proyecto tan divertido. No puedo creer que fue hace 32 años”, escribió Benny Doroski, uno de los autores de la carta en 1992.
John Brooks, hijo del maestro, le dijo a CNN que su padre falleció en septiembre de 2023 a causa de una enfermedad de Alzheimer y durante sus años de maestro enseñó ciencias de la Tierra en Mattituck High School durante unos 40 años.
«El proyecto del mensaje en una botella fue uno de sus favoritos y más antiguos a lo largo de los años», contó Brooks. Además, contó que su padre escuchó de personas “en las Azores, Irlanda y otros lugares lejanos” donde se encontraron más botellas de sus alumnos.
Este hallazgo es una gran «bendición» para la familia del profesor, pues semanas después de su muerte, inesperadamente falleció su hijo menor mientras dormía.
“¡Este descubrimiento ha sido una gran bendición y nos brindó una infusión muy necesaria de buenas vibras, energía positiva y recuerdos conmovedores!”, afirmó John. “Mi padre nunca fue alguien que buscara reconocimiento, y es muy apropiado que ahora lo esté obteniendo”.
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