Henry McCollum y Leon Brown, dos medio hermanos con discapacidad intelectual, fueron indemnizados con 75 millones de dólares por un jurado de Carolina del Norte. Los dos pagaron más de 30 años de cárcel siendo inocentes.
Corría el año 1984 cuando Henry y Leon fueron condenados injustamente por el abuso y el asesinato de una niña de 11 años. Elliot Abrams, el abogado de los dos hermanos, manifestó en una entrevista con The New York Times que ambos fueron obligados por dos policías a confesar el crimen.
Según el defensor, una colegiala blanca le dijo en su momento a la policía que Henry McCollum y Leon Brown, que son afro, eran los responsables del crimen. Su justificante: la forma ‘extraña’ en la que actuaban.
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Durante un interrogatorio de más de cinco horas a altas horas de la noche, los policías Leroy Allen y Kenneth Snead obligaron a los detenidos a declararse culpables.
«Hay tantas tragedias aquí», dijo Abrams. «Piensa en todas las ocasiones en las que una sola acción podría haber evitado que esto sucediera».
Para ese momento, Henry McCollum tenía 19 años pero su capacidad mental era la de un niño de 9. Los oficiales le dijeron que lo llevarían a una cámara de gas si no confesaba el crimen. McCollum fue condenado a muerte y Brown a cadena perpetua.
Durante las investigaciones del caso de la niña abusada y asesinada, los policías fueron a la casa de un hombre llamado Roscoe Artis. Los efectivos en su momento no investigaron sus antecedentes y bastaron un par de preguntas para desvincularlo de la investigación.
Más tarde, el sujeto cometió otro feminicidio. Esta vez, su víctima fue una mujer de 18 años a quien violentó sexualmente y estranguló. Todo esto ocurrió cuando los dos hermanos Henry McCollum y Leon Brown esperaban su sentencia.
Artis fue enviado a la cárcel por ese delito. Años más tarde, el sujeto confesó haber cometido un crimen similar al de la niña de 11 años por el que los dos hermanos estaban en prisión.
En 2014, la Comisión de Investigación de Inocencia de Carolina del Norte ordenó un análisis de ADN de una colilla de cigarrillo que se encontraba en la escena del crimen.
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Finalmente, los resultados arrojaron que el ADN en la colilla pertenecía a Roscoe Artis. Días después, un juez del Tribunal Superior anuló las condenas contra Henry McCollum y Leon Brown.
El jurado de Raleigh, Carolina del Norte, le otorgó un millón de dólares a ambos por cada año que vivieron en la cárcel siendo inocentes. A esta suma, el juez decidió otorgarles un total de 13 millones por daños punitivos.
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