Billy Mitchell estaba trabajando en el río Yazoo de Mississippi en Estados Unidos cuando a lo lejos vio un brillo que emanaba de una barcaza abandonada. Llevado por la curiosidad, el sujeto se acercó y se dio cuenta que lo que brillaba era una botella con una carta en su interior.
Pese a la humedad que ya tenía la botella por el tiempo que llevaba a la deriva, Mitchell logró abrir el papel que se encontraba en el interior y por la letra se dio cuenta instantáneamente que el autor de la carta era un niño. El texto aún tenía algunas palabras legibles pero el sujeto y un amigo suyo solo pudieron entender algunas.
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Gracias a las palabras que pudieron entender, Billy supo que la carta había sido escrita en 1989 por un pequeño del condado de Oxford. Todo apuntaba a que el chico había lanzado la botella al río durante una actividad de clase con la esperanza de que algún día su carta fuera encontrada.
Más tarde, Mitchell publicó una fotografía de la botella en redes sociales esperando encontrar al niño que escribió la carta en el 89. Nunca imaginó que había encontrado el tesoro de una familia entera.
Eric Dahl, un doctor de Mississippi, estaba en la iglesia cuando recibió una llamada. Rara vez contesta el móvil cuando está en la iglesia pero algo lo empujó a hacerlo.
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Al otro lado de la línea habló un conocido suyo quien le dijo que una persona, posiblemente, había encontrado una carta escrita por su hijo Brian. Más tarde, Eric vio la publicación hecha por Billy Mitchell y se dio cuenta que habían encontrado un tesoro para él y su familia.
Brian fue el primer hijo de Eric y su esposa Melanie. Cuando él tenía 11 años su profesora de literatura hizo que cada estudiante escribiera una carta, la metiera en una botella y la lanzara al río Little Tallahatchie. 33 años después, el mensaje del niño fue encontrado, pero, demasiado tarde.
Brian falleció en 2007 cuando tenía 29 años. Eric define el hallazgo de la carta escrita por su hijo como un milagro y un mensaje divino para su familia.
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«Es asombroso que haya sucedido. Fue un regalo de lo alto. Somos una familia de oración y esto es parte de la providencia de Dios», destacó el hombre, según referencia ‘Lexington Herald Leader’.
Como era de esperarse Billy Mitchell devolvió la carta a los Dahl, quienes ahora la conservarán como un tesoro familiar.
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