a sus fieles para darse una vida de lujos. Foto: Freepik
Un sacerdote católico fue acusado en Nueva York por haber robado unos 650.000 dólares estafando a los fieles con supuestas donaciones para hospitales.
Pawel ‘Paul’ Bielecki es un fraile franciscano que se habría aprovechado de las personas para pedir donaciones y aportes para ayudar supuestamente a los heridos de la guerra en el Líbano.
“Defraudó a las víctimas al afirmar falsamente que era un médico que dirigía clínicas médicas en Beirut, Líbano» dice la denuncia en donde fue acusado por la Fiscalía de Nueva York.
Este religioso de 48 años, nacido en Polonia, utilizó estos recursos para financiar un lujoso estilo de vida con costosas comidas, cirugías plásticas y viajes a unas prestigiosas playas a donde van de vacaciones los millonarios estadounidenses.
Las autoridades dijeron que este sacerdote se aprovechó de las personas compasivas durante ocho años en los que solicitó todo tipo de donaciones no solo en la iglesia, sino también a través de la radio y páginas web.
De esta forma, decía que estos recursos ayudarían a financiar el funcionamiento de clínicas y ambulancias que en realidad no existían.
El padre ‘Paul’ utilizó una gran explosión química, ocurrida en agosto de 2020 en un puerto de Beirut (Líbano), para convencer a los feligreses.
Este hecho dejó 218 fallecidos y graves daños por cuenta de una enorme onda explosiva y este sacerdote dijo que terminó herido en esta explosión.
Los investigadores dijeron que este hombre ni siquiera estaba en Líbano y que “hizo varias compras en cafeterías, restaurantes y otros negocios” en Manhattan el día del desastre.
También se determinó que este padre ni siquiera viajó al exterior entre diciembre de 2019 y abril de 2022.
“Bielecki aprovechó su posición de fraile para ganarse la confianza de las víctimas de todo el país y robarles cientos de miles de dólares”, dijo Damian Williams, fiscal federal para el Distrito Sur de Nueva York.
Los informes establecen que entre 2017 y 2024 este sacerdote retiró 50.000 dólares en efectivo de sus cuentas bancarias.
Además, transfirió 600.000 dólares para pagar dos tarjetas de crédito que usaba para sus extravagantes gastos personales.
Las víctimas de esta estafa fueron personas de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Georgia y Florida que enviaban cheques para la misión del padre.
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