“Hemos recibido informes creíbles de graves violaciones del derecho internacional humanitario”, asegura la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos
De cara al mundo, los portavoces talibanes siguen aprovechando cada aparición ante los medios para presentarse como una organización distinta. Quieren transmitir una imagen menos radical y más inclusiva, alejada de las prácticas brutales de su anterior etapa al frente de Afganistán. “Los talibanes no buscan venganza. Les aseguramos que nadie acudirá a sus puertas para preguntarles por qué ayudaron”, dijo Zabihullah Mujahid durante la primera conferencia de prensa del grupo desde su toma de Kabul.
Bueno, según la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los hechos a pie de calle en algunas ciudades retratan una realidad distinta.
Abusos aislados y temores
Michelle Bachelet dijo en rueda de prensa esta semana que cuenta con información creíble de que se están produciendo violaciones de los derechos humanos en Afganistán.
“Hemos recibido informes fidedignos de graves violaciones del derecho internacional humanitario y abusos de los derechos humanos, que tienen lugar en muchas zonas bajo control efectivo de los talibanes”, explicó.
En un informe leído ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Bachelet indicó que su oficina tiene conocimiento de hechos que van desde “ejecuciones sumarias” a “restricciones a los derechos de las mujeres”. Estas restricciones incluyen la limitación de “su derecho a moverse libremente y el derecho de las niñas a asistir a la escuela”. La expresidenta de Chile también citó el “reclutamiento forzoso de niños soldados” y la “represión de protestas pacíficas y expresiones de disidencia”.
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La alta comisionada no entró en pormenores ni aludió a incidentes concretos. Sí señaló que las ejecuciones han tenido como objetivo a miembros de las fuerzas de seguridad afganas, y también a civiles.
Bachelet también señaló que existen graves temores por la seguridad de “los periodistas” y “la nueva generación de líderes de la sociedad civil que han surgido en los últimos años”.
“Las diversas minorías étnicas y religiosas de Afganistán también corren el riesgo de sufrir violencia y represión, teniendo en cuenta los patrones anteriores de graves violaciones bajo el gobierno talibán y los informes de asesinatos y ataques selectivos de los últimos meses”, añadió la alta comisionada.
Cacería ‘puerta a puerta’
El informe presentado por Bachelet no es el primero de la ONU que da cuenta de potenciales violaciones de los derechos humanos en Afganistán. La pasada semana, otro informe del Centro Noruego de Análisis Globales afirmaba que las fuerzas islamistas estaban llevando a cabo una “búsqueda puerta a puerta” de personas que colaboraron con EEUU y la OTAN.
“Los talibanes han estado realizando un mapeo avanzado de individuos antes de tomar el control de todas las ciudades importantes”, decía el texto. “Están arrestando o amenazando con matar o arrestar a familiares de las personas objetivo a menos que se entreguen”.
De acuerdo con ese informe, quienes se encuentran en mayor riesgo son aquellos con cargos en unidades militares, policiales y de investigación.
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El talibán lo niega
En una conferencia de prensa posterior a la de Bachelet, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid negó se estén produciendo represalias. “Hemos olvidado todo en el pasado”, dijo, insistiendo en el anuncio de una “amnistía general”.
Mujahid sí reconoció que en este momento existen derechos limitados para las mujeres. En concreto, el portavoz indicó que las mujeres trabajadoras deben quedarse temporalmente en casa por su propia seguridad. ¿La razón? Que “los soldados talibanes no están entrenados para respetarlas”, y deben aprender. El portavoz precisó que se trata de una “situación muy temporal” que se revertirá cuando se establezcan los sistemas adecuados para garantizar su seguridad.