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Dos científicos nazis perderán sus cráteres honoríficos en la cara oculta de la Luna

En la cara oculta de la luna existen dos cráteres con nombres que son, a día de hoy, totalmente “inapropiados” e “inaceptables”. Así lo considera la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés), que ha anunciado que en pocos días reemplazará el nombre de los cráteres Lenard y Stark. Ambos cráteres fueron bautizados así en homenaje a los científicos alemanes Philipp Lenard y Johannes Stark. ¿A qué se debe ahora el cambio?

 

La ‘física aria’ de Lenard y Stark

Philipp Eduard Anton von Lenard y Johannes Stark tienen plaza asegurada en los anales de la ciencia como ganadores de sendos premios Nobel de Física. En 1905, Lenard ganó el Nobel por su investigación sobre los rayos catódicos. En 1919, Stark obtuvo el mismo premio por descubrir cómo los campos eléctricos afectan la luz que emiten los átomos, un fenómeno hoy conocido como ‘el efecto Stark’. Ambos fueron investigadores ilustres en sus respectivos campos de trabajo. Pero su vida y su carrera también estuvo marcada por ideas que colocan a ambos científicos en el lado equivocado de la historia.

 

Lenard fue consejero de Hitler y llegó a ser el principal dirigente de la ‘física aria’. Fue expulsado de la Universidad de Heidelberg por las tropas de ocupación aliadas en 1945.

 

Su deriva comenzó a principio de los años 20, de la mano de un nacionalsocialismo aún incipiente. Lenard se unió al Partido Nacionalsocialista en una era temprana, y junto a Stark empezó una campaña para difundir el antisemitismo en la ciencia.

 

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En 1930, Lenard y Stark organizaron la primera reunión de Científicos Alemanes por la Preservación de la Pureza de la Ciencia. En este encuentro acusaron a Einstein de plagio y despreciaron su teoría de la relatividad como “física judía”. También criticaron la física cuántica de Werner Heisenberg y lo acusaron de “judío blanco” y “peón judío”.

Cuando Hitler llegó al poder, Lenard y Stark impulsaron el movimiento antisemita Deutsche Physik, que pretendía eliminar a los científicos judíos de la física alemana. Bajo el grito de guerra de que la física tendría que ser más “alemana” y “aria”, ambos científicos se embarcaron en un plan para reemplazar a todos los profesores de física en universidades alemanas por “físicos arios”.

 

“[Adolf Hitler y los líderes nazis] se nos aparecen como regalos de Dios de tiempos antiguos, cuando las razas eran más puras, las personas eran más grandes y las mentes estaban menos engañadas. Él está aquí. Se ha revelado como el Führer de lo sincero. Le seguiremos” – Philipp Lenard y Johannes Stark

 

Auge y caída

Durante años, Lenard y Stark se beneficiaron considerablemente de su apoyo al Partido Nazi. Lenard fue consejero de Hitler. Stark, por su parte, llegó a ser el principal dirigente de la Deutsche Physik como director de la Sociedad Alemana de Investigación y presidente del Instituto Físico-Técnico del Reich entre 1933 y 1939. Pero la influencia de la ‘física aria’ fue, al final, moderada.

Lenard comenzó a desempeñar un papel cada vez menos importante, y Stark se encontró con crecientes dificultades para defender sus proyectos ante los burócratas del estado Nacional Socialista. Además, otros científicos e industriales conocidos por ser “excepcionalmente arios” acabaron defendiendo teorías de la ‘física judía’ como la relatividad y la mecánica cuántica.

 

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Como explica el historiador Mark Walker sobre la pareja, “a pesar de sus esfuerzos mejores, al final su ciencia no fue aceptada, apoyada, o utilizada por el Tercer Reich. La mayoría de los líderes Nazis nunca apoyaron a Lenard y Stark, o fueron abandonados en el trascurso del Tercer Reich”.

En 1947, tras la derrota alemana en la Segunda Guerra mMndial, Stark fue catalogado como ‘criminal de primer orden’ y fue condenado a 4 años de cárcel por un tribunal de desnazificación.

Lenard fue expulsado de la Universidad de Heidelberg por las tropas de ocupación aliadas en 1945, y murió dos años después.

 

El cambio de nombre

El inminente cambio de nombre de los citados cráteres surge de la iniciativa del físico cuántico Mario Krenn. Después de leer el libro Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler, Krenn contactó con la IAU. “Tan pronto como nos enteramos del problema, iniciamos el proceso de eliminación de estos nombres”, explica Rita Schulz, presidenta del consejo encargado de nombrar a los objetos planetarios. La decisión de la IAU ha sido calificada por el gremio científico como rápida, decisiva y ejemplar.

La cierto es que no es la primera vez que se cambia el nombre de un cráter lunar bautizado en honor a un científico nazi. En 2002 ya se retiró el homenaje a Hans Eppinger. ¿La razón? Alguien señaló al IAU que entre sus “experimentos” figuran cosas como solo facilitar agua salada a los gitanos prisioneros de Dachau.

Ya lo ves. La ciencia también reflexiona sobre sus “monumentos” históricos. Como dice el científico Philip Ball, el homenaje de estos dos cráteres a Lenard y Stark reforzaba el argumento de que “los monumentos no son una protección frente a la amnesia histórica, sino que en realidad son consecuencia de esa”. Pero eso va a cambiar.

 

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pgadmin
Tags: Ciencia

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