Las polémicas propuestas de Donald Trump sobre Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá. Foto: AFP/ Pixabay
Donald Trump ha despertado en las últimas semanas el rechazo de varios países ante sus polémicas propuestas para tener el control sobre Groenlandia y el Canal de Panamá, así como por una anexión de Canadá como un nuevo estado de EE.UU.
El presidente electo no descartó las acciones militares que le permitan estos cuestionables propósitos en el marco de la política de ‘EE.UU. Primero’ y se justificó diciendo que su propuesta realmente se da por un tema de seguridad.
«No puedo asegurarlo, para ninguno de los dos. Puedo decir lo siguiente: los necesitamos por razones de seguridad económica. No me voy a comprometer a eso (a descartar acciones militares). Podría ocurrir que tengamos que hacer algo», declaró.
Como de costumbre, es difícil distinguir los anuncios reales de Trump y sus opiniones sensacionalistas.
Sin embargo, muchos han calificado estas propuestas de imperialistas y expansionistas, justificándolas con intereses económicos y de seguridad.
Lo cierto es que Trump se está anticipando a un nuevo mundo modelado por el ascenso de China, la inestabilidad de grandes potencias, los escenarios de la globalización y el derretimiento de los glaciares.
El presidente Trump amenazó con retomar el control del Canal de Panamá, una artería vital de la navegación mundial, asegurando que supuestamente estaba siendo operado por China.
El mandatario dijo que este canal es «vital» para Estados Unidos y considera que ahora China tiene injerencia en su operación, en momentos en que la influencia de esta potencia crece cada vez más en este paso comercial.
El canciller panameño, Javier Martínez-Acha, le respondió al mandatario estadounidense que «la soberanía de nuestro canal no es negociable y es parte de nuestra historia de lucha y una conquista irreversible».
«Las únicas manos que controlan el canal son panameñas y así seguirá siendo», agregó el canciller, al desvirtuar afirmaciones de Trump de que la vía es operada por soldados chinos.
Lo cierto es que el canal fue devuelto a Panamá el 31 de diciembre de 1999. Todo se dio a partir de un acuerdo firmado por el expresidente estadounidense Jimmy Carter y el líder panameño general Omar Torrijos Herrera en 1977.
El Canal de Panamá fue construido por EE.UU. y devuelto a este país en 1999. Foto: AFP
Trump criticó ese acuerdo y ha dicho en varias ocasiones que le gustaría recuperar el Canal de Panamá, que construyó e inauguró Estados Unidos en 1914. Además, pidió que se reduzca el precio de los peajes para los barcos estadounidenses que transitan por allí.
«Se burlan de nosotros porque creen que somos estúpidos. Pero ahora no somos estúpidos», sostuvo Trump.
Justo antes de Navidad, Trump también anunció que Estados Unidos debería tener el control de Groenlandia.
«Por el bien de la seguridad nacional y la libertad en todo el mundo, EE.UU. cree que la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta», dijo.
Esta no es la primera vez que el magnate muestra su intención de que EE.UU. tenga control sobre esta isla semiautónoma de Dinamarca.
Sin embargo, detrás de esto hay unos claros intereses económicos y estratégicos por la ubicación que tiene esta isla.
De esta forma, Trump dijo que Dinamarca debería ceder la isla para supuestamente proteger «al mundo libre». Y no se quedó ahí porque amenazó con imponer aranceles a este país en caso de no llegar a un supuesto acuerdo.
«Groenlandia es nuestra. No estamos, y nunca estaremos, a la venta. No perderemos nuestra larga lucha por la libertad», dijo Mute Egede, primer Ministro de Groenlandia.
Esta enorme isla solo tiene 57.000 habitantes. El interés detrás de su territorio se da porque cuenta con grandes recursos minerales y energéticos sin explotar.
Donald Trump quiere quedarse con Groenlandia por su valor estratégico en el Ártico. Foto: Pixabay
Detrás de esta polémica propuesta también está la necesidad que tiene EE.UU. de tener una mayor presencia en el Ártico.
La capa de hielo y los glaciares han venido retrocediendo por el cambio climático. Esto podría permitir una mayor explotación de recursos como petróleo y minerales como cobre, litio, níquel y cobalto.
De hecho, estos recursos son claves para las industrias con un amplio crecimiento y que fabrican especialmente turbinas eólicas, líneas de transmisión, baterías y automóviles eléctricos.
Este escenario también abre un activo estratégico en materia geopolítica. Por ejemplo, con el deshielo se están abriendo nuevas rutas de navegación más cortas y eficaces que potenciaría el tráfico marítimo comercial por la zona.
Otra potencias como China y Rusia también han mostrado su interés en hacer presencia en la zona y por eso EE.UU. quiere anticiparse.
Groenlandia es una isla ubicada en América del Norte, al noreste de Canadá, y cubierta por hielo en un 75 % de su superficie. Su territorio cuenta con 2.1 millones de kilómetros cuadrados, lo cual la convierten en la isla más grande del mundo
Políticamente, Groenlandia pertenece a Dinamarca, aunque se trata de un territorio autónomo que desde 2009 maneja todas las competencias, excepto política exterior, defensa y política monetaria.
Trump no es el primer presidente que muestra su interés en la isla. Harry Truman intentó comprarla en plena Guerra Fría por 100 millones de dólares en oro.
Otra de las polémicas propuestas del presidente electo de EE.UU. están relacionadas con que Canadá se convierta en un estado de su país.
«A muchas personas en Canadá les encantaría ser el estado 51. Estados Unidos ya no puede soportar los enormes déficits comerciales y los subsidios que Canadá necesita para mantenerse a flote. Justin Trudeau sabía esto y dimitió», dijo Trump en su red social Truth Social.
De esta forma, el mandatario aseguró que eliminar la frontera que divide a los dos países sería de una gran ayuda para la seguridad de EE.UU.
«Si Canadá se uniera a Estados Unidos, no habría aranceles, los impuestos bajarían considerablemente y estarían totalmente seguros ante la amenaza de los barcos rusos y chinos que los rodean constantemente. ¡Juntos, qué gran nación seríamos!», añadió Trump.
El rechazo a este mensaje no se hizo esperar. El primer ministro canadiense Justin Trudeau dijo que «jamás de los jamases Canadá formará parte de Estados Unidos».
Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Melanie Joly también se pronunció en su cuenta de X.
«Los comentarios de Trump demuestran una incomprensión total de lo que hace a Canadá un país fuerte. No retrocederemos jamás ante las amenazas», dijo.
Lo cierto es que Trump amenazó a Canadá y México con imponerles aranceles del 25% el primer día de su gobierno a menos que ambos países refuercen sus fronteras.
Te puede interesar:
En un video, Mark Zuckerberg afirma que trabajará con Donald Trump para "presionar a los…
El fuerte terremoto que se registró en China ha dejado graves daños de infraestructura, mientras…
El cantante y poeta canadiense lanzó el 27 de septiembre su álbum debut 'Duyna', en…