Un nuevo estudio en el que participan varias instituciones de investigación médica australianas aporta nuevas evidencias de problemas inmunológicos duraderos en pacientes recuperados de covid.
Los investigadores examinaron el sistema inmunológico de 69 participantes de entre 20 y 80 años durante un período de 6 meses. Todos se habían infectado con la cepa original de SARS-CoV-2. 47 de los participantes habían sufrido una infección leve, 6 una infección moderada y 13 se estaban recuperando de una enfermedad grave por covid-19.
Los investigadores examinaron los niveles de aproximadamente 130 tipos de células inmunes. Además rastrearon las respuestas de anticuerpos y midieron la expresión de miles de genes diferentes relacionados con las funciones inmunes.
Los resultados muestran un predecible mayor número de células inmunes y anticuerpos, pero también una fuerte desregulación de la expresión génica. Esa desregulación se notó particularmente en aquellos genes relacionados con la inflamación.
“El estudio encontró una desregulación sustancial del número de células inmunes que era más fuerte a las 12 semanas posteriores a la infección”, explica David Lynn, uno de los investigadores principales del trabajo. “La desregulación seguía siendo evidente en la mayoría de los casos hasta después de 6 meses y potencialmente incluso más”.
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Un estudio previo publicado en abril detectó alteraciones inmunes persistentes en pacientes hospitalizados con COVID-19 seis meses después del alta. La investigación australiana llega a similares conclusiones a partir de un grupo más heterogéneo de pacientes. Y una de las mayores sorpresas en los nuevos hallazgos es la falta de correlación entre la gravedad de la enfermedad y el grado de disfunción inmunológica posterior a la infección. Los problemas inmunológicos asociados a un estado de desregulación fueron evidentes incluso en aquellos pacientes que experimentaron una infección leve.
“El nivel de gravedad de la enfermedad no se traduce directamente en el nivel de desregulación inmunológica y no hemos podido encontrar ningún patrón que indique que la edad o el sexo de un individuo sea un factor diferenciador que gobierne las diferencias en la recuperación”, explica el profesor Lynn. “Hemos visto un espectro muy amplio en la tasa de recuperación y todavía no entendemos por qué algunas personas se están recuperando mucho más rápido que otras. Claramente, hay otros factores en juego que deben explorarse”.
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Los investigadores creen que estos mecanismos inmunes disfuncionales podrían ser parte de la misteriosa patología del ‘covid prolongado’ que afecta a algunos pacientes.
“Al profundizar en las células inmunitarias de estos pacientes, hemos encontrado algunos agentes nuevos relacionados con la enfermedad, y estos pueden ayudar a comprender por qué algunas personas tienen una enfermedad más grave o contraen un COVID prolongado”, dice el profesor Simon Barry, de la Universidad de Adelaide.
Lynn matiza que esa relación es solo una hipótesis en este momento. “Se podría inferir lógicamente que esta desregulación está relacionada con los síntomas físicos del COVID prolongado. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para probar esto”.
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