El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales en EE.UU. ha despertado mucha incertidumbre sobre su propuesta de hacer una deportación masiva.
El candidato republicano fue muy duro al hacer propuestas frente a este tema, asegurando que realizará la «mayor deportación» de indocumentados en la historia de Estados Unidos.
Como ha sido habitual en sus campañas, Trump utilizó un discurso xenófobo y acusó a los inmigrantes de envenenar la «sangre del país». Además, dijo que provocaron un aumento de la delincuencia y de las violaciones.
El nuevo presidente también dijo que los migrantes han reemplazado los trabajos de millones de estadounidenses provocando desempleo.
A pesar de que millones de latinos lo apoyaron en esta elección y que sin ellos no habría sido posible su triunfo, muchos se preguntan que pasará en su gobierno.
Muchos de los familiares y amigos que intenten ingresar a EE.UU. e incluso hasta ellos mismos podrían verse afectados con la nueva política migratoria.
La propuesta de presidente Trump se basa en la denominada «Operación Aurora», una ley que se utilizó en tiempos de guerra para expulsar a los «enemigos» que invaden EE.UU.
Actualmente, hay unos 11 millones de migrantes ilegales en el país que representan el 3,3 por ciento de la población total.
De esta forma, el mandatario buscaría otorgarle a los reservistas de la Guardia Nacional, a los sheriffs y a policías locales el poder de arrestar a migrantes indocumentados y expulsarlos del país.
En su gobierno se restringiría aún más los visados con una «evaluación ideológica» de los solicitantes. Además, apostaría por eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento y limitaría la entrada de migrantes por motivos de salud pública.
Es decir, que la apuesta de Trump no solo estaría enfocada en los inmigrantes irregulares, sino también en los legales.
Un informe del American Immigration Council estableció que realizar la deportación de un millón de migrantes le podría costar al país más 88.000 millones de dólares por año.
«No hay manera de emprender una deportación masiva sin cambiar fundamentalmente el gobierno federal, la economía nacional y, en última instancia, los propios Estados Unidos», concluye el informe.
Cumplir esta promesa es muy complicado porque implica un alto costo económico y podría generar un impacto negativo en la economía estadounidense.
Lo cierto es que Trump llega a la Casa Blanca con mayor poder político que hace ocho años, ya que además de su histórica votación, los republicanos dominarán por completo el Senado y la Cámara.
El presidente 47° de EE.UU. prometió que terminará de construir el muro fronterizo con México, como lo hizo en su primer periodo, pero su mayor apuesta ahora estaría en las deportaciones masivas.
De esta forma, la apuesta de Trump es deportar un millón de personas.
Sin embargo, el presidente se enfrentará no solo a la controversia, sino a obstáculos legales, económicos y humanos, por lo que llevarlo a la realidad sería muy complejo.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Instituto de Investigación Pew Research estiman que en EE.UU. viven unos 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Solo en 2023 las autoridades deportaron más de 530.000 migrantes ilegales, lo cual refleja el enorme desafío al que se está enfrentando el mandatario.
Todo se debe a que el sistema de migración es complejo y los tribunales están saturados y tardan mucho tiempo en resolver los casos.
Además, si Trump empieza a realizar una deportación masiva, seguramente las demandas de las organizaciones de Derechos Humanos no se harán esperar.
El panorama es muy complejo. Por ejemplo, durante su primer mandato Trump deportó cerca de 1.5 millones de personas y el gobierno de Biden estará cerca de igualar esa cifra.
Es por eso que el objetivo de deportar 1 millón de migrantes indocumentados en un solo año sería imposible con las condiciones legales, logísticas y sociales de la actualidad.
El gobierno de Trump necesitaría ampliar el número de personal migratorio para poder controlar el gran número de migrantes ilegales.
A esto se suma el costo de la infraestructura como grandes centros de detención, financiar los vuelos para las deportaciones y los gastos de funcionamientos de las entidades involucradas en este proceso.
Las leyes establecen que todo inmigrante tiene derecho a un debido proceso antes de ser expulsado. Es por eso que ocurriría un cuello de botella porque los tribunales migratorios no dan abasto en la actualidad.
Un informe del American Immigration Council estimó que hacer una deportación masiva de un millón de personas le podría costar al país 88.000 millones de dólares al año.
Solo en el 2023 el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas destinó 420 millones de dólares del presupuesto para temas de traslados y deportaciones.
Es por esto que el número de personal no sería suficiente para atender este tipo de escenarios. Sin contar con que los detenidos también necesitarían una atención especial y seguridad en los campamentos.
Pero un programa de este tipo también tendría un impacto en la economía estadounidense.
Por ejemplo, una deportación masiva de migrantes ilegales podría agravar la escasez de la mano de obra en EE.UU.
«La pérdida de estos inmigrantes indocumentados en edad de trabajar empeoraría los graves problemas de fuerza laboral que muchas industrias ya han enfrentado en los últimos años», dijo el American Immigration Council.
De esta forma, esta deportación afectaría a varias industrias clave del país que dependen de gran parte de los trabajadores indocumentados.
Se estima que sectores como la agricultura y la construcción podrían llegar a perder uno de cada ocho trabajadores.
Además, el impacto negativo sería más significativo en California, Texas y Florida en donde se encuentran el 47.2% de los inmigrantes indocumentados del país.
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