«Siempre amé la música, siempre quise ser músico, pero cuando escribía canciones, me sentía orgulloso. Seis meses después, inevitablemente las odiaba».
Leif Vollebekk, el cantautor canadiense de indie folk, está a punto de lanzar Revelation, su nuevo álbum, este 27 de septiembre. En una conversación con él, hablamos sobre su carrera, sus influencias y esa constante batalla entre el amor y el desdén por su propia obra.
Desde niño, Leif soñó con ser músico, pero la realidad lo golpeó más fuerte de lo esperado. A pesar de estar creando canciones, siempre sintió que no estaba listo para dar el salto a dedicarse de lleno. «Pasaban de ser mi mayor logro a algo que detestaba», dice sobre sus primeros intentos. Como una forma de evitar el compromiso de lanzar un álbum que odiaría al poco tiempo, se refugió en la filosofía, alargando su debut musical. «Sabía que si sacaba un disco entonces, lo terminaría odiando», admite.
Con el tiempo, Leif encontró su camino y comenzó a crear canciones donde las baladas se mezclaban con un sonido cálido y una lírica honesta. Sin embargo, el punto de inflexión en su música fue el groove:
«Siempre noto cuando algo no tiene el suficiente groove. Antes no entendía qué significaba hasta que descubrí a Prince y Ray Charles. Ahora sé que si una canción no se siente bien, el problema está en el groove. Hay que cambiar al baterista, ajustar el tempo, lo que sea necesario.
Esta obsesión podría hacerte pensar que Leif está buscando un sonido funky, pero la realidad es otra. Sus canciones suelen describirse como melancólicas. “No sé por qué mi música suena así”, confiesa entre risas. “No me siento melancólico, pero es gracioso. A veces, cuando escucho mis canciones en una playlist junto a otras, pienso: ‘Wow, las mías tienen otra vibra completamente’”.
¿Qué lo llevó a este estilo tan emocional? “Escribo canciones que me hacen feliz, como las que me gusta escuchar”, responde.
En 2015, un concierto de The Killers cambió su forma de ver la música: “Los estaba escuchando y pensé: ‘Ojalá yo pudiera hacer música así’. Luego me pregunté: ‘¿Qué significa eso?’. Hasta ese momento, creía que una canción solo era real si la podías tocar con una guitarra acústica. Pero me di cuenta de que también puedo hacer música divertida”. Fue el inicio de un cambio, donde Leif comenzó a experimentar con más elementos y producción, encontrando más placer en el proceso creativo.
Con Revelation, Leif finalmente siente que ha alcanzado el sonido que tanto buscaba. Y ahora que lo ha conseguido, su mirada está puesta en otro horizonte: “Siento que ya terminé. Ya hice lo que quería, así que creo que es momento de hacer algo más rock ‘n’ roll”.
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