Carolina es una rata gigante que se jubila luego de detectar más de 3000 casos de tuberculosis en África y ayudar a prevenir más de 400.000 contagios.
Carolina, una rata gigante africana, se convirtió en una pieza clave en la lucha contra la tuberculosis en África gracias a su increíble capacidad olfativa. Durante casi siete años de servicio en países como Tanzania y Etiopía, fue entrenada por la organización APOPO para detectar con rapidez y precisión muestras infectadas con tuberculosis, una enfermedad que sigue afectando a millones de personas en el mundo, especialmente en contextos de bajos recursos.
Gracias a su labor, Carolina logró identificar más de 3.000 casos de tuberculosis, ayudando a prevenir más de 400.000 contagios. Su trabajo fue especialmente valioso en zonas donde los métodos tradicionales de diagnóstico son costosos, lentos o inaccesibles. Mientras que los exámenes convencionales pueden tardar días, Carolina necesitaba solo unos segundos para reconocer una muestra positiva.
La eficiencia de esta heroína silenciosa superó las expectativas del equipo de salud pública que trabajó con ella. Su presencia no solo representó un avance técnico en la forma de detectar enfermedades, sino también una esperanza para miles de personas en comunidades vulnerables, donde el diagnóstico oportuno puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
With heartfelt gratitude, we celebrate HeroRAT Carolina’s well-deserved #retirement! Since 2017, she’s screened 208,235 samples, detecting 3,126 new TB cases missed by clinics, with an impressive 86.3% accuracy. Her legacy inspires our next generation of #HeroRATs. #StopTB pic.twitter.com/UATQtYbs0k
— APOPO (@herorats) November 6, 2024
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Ahora Carolina se jubiló como heroína
El impacto de Carolina no pasó desapercibido. Su entrega fue reconocida tanto por quienes compartieron con ella su día a día como por quienes conocieron su historia.
Ahora, tras años de servicio, Carolina ha sido retirada con todos los honores. Vivirá en una zona amplia y tranquila junto a otros compañeros que también han culminado su labor, disfrutando de un merecido descanso tras una vida dedicada a salvar otras.
Este es un ejemplo de cómo la medicina puede ver a los animales como aliados y no solo como sujetos de estudio.
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