A comienzos de la primavera del 2020, un neuropsiquiatra llamado Adam Kaplin, empezó a trabajar en el equipo de monitoreo post enfermedad del hospital John Hopkins.
Este grupo está conformado por distintos tipos de profesionales y fueron contratados para investigar el impacto de la Covid-19 en el cuerpo y en el cerebro.
Es de conocimiento público que muchos pacientes desarrollaron estrés postraumático luego de curarse de coronavirus
Kaplin habló de esto con Rolling Stone asegurando que cuando ciertos afectados regresaban a sus hogares después de una hospitalización, por ejemplo, estaban más irritables y no eran ‘ellos’. Tampoco entendían cómo no podían regresar a como eran anteriormente.
Algunos pacientes han manifestado que se han comenzado a sentir
El médico estableció esto con una investigación que recogía testimonios de varias parejas de pacientes que habían tenido Covid y habían demostrado cambios en su actitud.
Leer también – El Reino Unido aprobó el uso de la primera píldora para tratar la Covid-19
Muchas de estas personas aseguraban que el sujeto de la investigación científica no era la persona con la que habían elegido hacer pareja y le resultaban, a veces, irreconocibles.
Pero, según Kaplin, no es necesariamente la enfermedad como tal la que causa el cambio, sino la respuesta del sistema inmunológico al virus lo que puede causar el problema.
Su mensaje es que esto no es una debilidad, ni las personas se están ‘volviendo locas’, sino que es cuestión de biología pura y dura.
Claro que, hablar de un cambio de personalidad puede resultar tan ambiguo como impreciso cuando realmente se habla del carácter y de cambios de temperamentos.
El ‘cambio de personalidad médico’ (en inglés, de siglas MPC) es un diagnóstico oficial, casi exclusivamente devenido de otras enfermedades.
La explicación académica, básica, es que los pacientes que tienes condiciones preexistentes y tienen una alteración repentina en su comportamiento, sufren de MPC.
Una neuróloga de Nueva York llamada Anna Nordvig, también especializada en el tema, asegura que estos cambios de personalidad son producto de una degeneración neuronal, similar al Alzheimer o al Parkinson.
Sí, el Covid afecta al cerebro. Y aunque suene alarmista, lo mismo pasa con la encefalomielitis, conocida como la enfermedad de fatiga crónica.
Pero, según ella, lo que sucede con el virus ‘nuevo’ es que hay una mezcla de una situación neurológica previa, mezclada con el nivel de estrés, aislamiento y falta de servicios sociales lo que hace exponencial el cambio.
Se refiere a estos mood swings como «baja tolerancia a la frustración».
Otro tema interesante es que muchas veces los pacientes pueden sentir este síntoma del post-covid, sin hablarlo, sujetos a la vergüenza de que los juzguen o incapaciten.
Hay un largo camino para los investigadores, pero empiezan a ver qué es lo que pasa en el cerebro con lo que llaman el «Long Covid» (antes, durante y después del paciente coronavirus).
Algunos científicos aseguran que en imágenes avanzadas, se puede ver cambios en el flujo de sangre, su permeabilidad y el metabolismo del cerebro puede colapsar, gracias a esto, en áreas que son responsables de la ‘personalidad’.
Si Nordvig está en lo correcto, lo necesario es estudiar los comportamientos junto a los síntomas físicos, que serían estudios neuropsicológicos.
Puede ser de tu interés:
Mucho sabemos sobre los acontecimientos de la II Guerra Mundial, pero pocos conocen qué pasó…
El déficit de vivienda y los elevados precios de alquiler han provocado una compleja crisis…
Unas amigas que están hartas de sus deudas, de sus problemas y de estar estancadas,…