Han pasado 23 años desde que se registró el atentado a las Torres Gemelas y este hecho sigue cobrando vidas con las enfermedades que han tenido las personas que estuvieron en la zona ese 11 de septiembre.
En los últimos años se ha denunciado que el polvo y el humo que se generó por la caída de estos edificios del World Trade Center sigue generando problemas de salud.
Cáncer, tos, dolores de cabeza y varias enfermedades fueron reportadas por las personas que presenciaron ese acto terrorista que marcó la historia de EE.UU. y del mundo.
Los efectos en la salud son innegables y aún se siguen documentando casos de las personas que sobrevivieron a este ataque.
Muchos estiman que han muerto más personas durante las últimas dos décadas por cuenta de estas consecuencias, que por los propios atentados del 11 de septiembre.
Este hecho ha dejado un legado en miles de personas que han tenido que enfrentar enfermedades como el cáncer, tiroides, problemas respiratorios, estrés postraumático y demencia derivados de estos atentados.
Las autoridades crearon el Programa de Salud del World Trade Center (WTC) para ayudar a las personas que se vieron afectadas.
Este servicio funcionará hasta el año 2090 y proporciona monitoreo médico y tratamiento sin costo a las víctimas y sobrevivientes de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York.
Un informe reveló que hay más de 132.000 personas inscritas en este programa. De este total, unas 7.000 habían muerto, esto sin contar con las que no fueron registradas y que fueron sobrevivientes.
Las autoridades han venido documentando que estas personas también sufrieron varios impactos en su salud mental y otras enfermedades vinculadas.
Muchas de las personas recibieron un diagnóstico de trastornos aerodigestivos y músculo-esqueléticos
De hecho, los problemas respiratorios son los más comunes, seguidos por el cáncer y la salud mental.
Miles de personas que sobrevivieron a los atentados del 9/11 han enfrentado no solo el recuerdo de ese fatídico hecho, sino una consecuencia directa en su salud.
Varias organizaciones e investigadores han documentado la forma como la nube tóxica a la que estuvieron expuestos durante varias semanas ha generado casos de cáncer.
Los expertos han estimado que más de 400.000 personas, entre los que se encuentran los policías, rescatistas y bomberos, estuvieron expuestas a sustancias químicas como el asbesto, plomo, monóxido de carbono, sulfuro de hidrógeno.
Además, inhalaron otras partículas generadas por los incendios provocados por los más de 24.000 galones de combustible de los aviones.
Un estudio publicado en la revista The Lancet en 2011 confirmó que el riesgo de padecer cáncer aumentó en las personas que estuvieron el día de los atentados.
Esto también lo confirmó un censo de WTC Health Program que estimó que para ese entonces ya había unos 10.000 casos de personas con cáncer.
De esta forma, miles de personas aún viven con el legado de salud que les dejó el 11 de septiembre. Han pasado 23 años desde el ataque, pero su huella aún permanece en su cuerpo con las enfermedades derivadas de esta tragedia.
Hasta la fecha, a cerca de 20.000 personas recibieron un diagnóstico con cáncer.
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