Jane Roe fue a la corte en uno de los casos más conocidos de EE.UU., el cual definió la legalización del aborto en ese país.
Al inicio de la década de los 70’s, el aborto era ilegal en casi todo Estados Unidos. Las leyes de Texas eran especialmente severas, ya que solo reconocía el derecho a abortar si la vida de la madre estaba en peligro.
No obstante, se seguían practicando abortos clandestinos, los cuales dejaban a las mujeres con graves secuelas físicas. Muchas murieron debido a las hemorragias e infecciones posteriores a dichos procedimientos. En 1969, una joven presentó una demanda en la corte estatal. Ella estaba embarazada de su tercer hijo y afirmaba que había sido víctima de abuso sexual.
La mujer, a la que se le dio el nombre de Jane Roe, fue representada por Sarah Weddington y Linda Coffee, dos abogadas recién graduadas de la Universidad de Texas. Ambas se interesaron por el caso de Roe y pensaban en su momento que la prohibición de abortar contradecía los derechos de libertad individual.
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Por su parte, un fiscal de distrito llamado Henry Wade, fue seleccionado para representar al Estado de Texas en la corte suprema.
Durante las primeras presentaciones en la corte, que se realizaron en el Tribunal de Distrito de Texas, las representantes de Roe ganaron el caso, pero el fallo no impedía que el Estado siguiera limitando el acceso al aborto inducido.
Mientras tanto, Henry Wade se dedicó a apelar el caso en numerosas ocasiones, hasta que este fue llevado al tribunal supremo de Estados Unidos.
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Después de un larguísimo juicio, se revisaron varios casos similares y se analizaron las diferentes leyes contra la interrupción voluntaria del embarazo que había en otros estados.
Posteriormente, la corte decidió que el derecho constitucional a la privacidad no podía ser violado, eliminando las restricciones estatales y permitiendo la legalización del aborto en los 50 estados que componen el país.
Desde entonces, el aborto inducido es legal en EE.UU., y no puede ser limitado por las distintas legislaciones federales. Por cierto, cuando terminó el juicio en 1973, Jane Roe había dado a luz y su hija fue dada en adopción.
Un par de décadas más tarde, Jane Roe regresó a la opinión pública. Esta vez ya no era una joven anónima y embarazada, sino que se presentó con su nombre real, Norma McCorvey.
McCorvey decía estar arrepentida, se había convertido al catolicismo y estaba en contra del aborto. Además, afirmó que Weddington y Coffee hicieron que mintiera en su declaración, y que en realidad nunca había sufrido de abuso sexual.
Igualmente, se rebeló que el magnate estadounidense y fundador de la revista Playboy, Hugh Hefner, financió y apoyó el juicio por la legalización del aborto. McCorvey solicitó varias veces que el caso Roe vs. Wade fuera revisado por el Tribunal Supremo, pero la petición fue negada.
Luego de la legalización del aborto en 1973, la interrupción voluntaria del embarazo sigue estando permitida en Estados Unidos. Sin embargo, los estados de Texas y Alabama son los únicos que lograron imponer nuevas restricciones que limitan el acceso a un aborto seguro.
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