El 10 de agosto una señora de Putman, Nueva York, llamó al departamento de protección animal de la policía para denunciar que el perrito de su vecino tenía señales alarmantes de maltrato animal.
Cuando los policías llegaron a la casa de Brian Edwards, se encontraron con un perro cuyo pelaje pesaba más de 8 libras; Pierre, un caniche de unos 9 años, tenía movilidad reducida y apenas podía ver.
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El pelaje del perro parecían unos tentáculos que salían de todo su cuerpo y hasta tenía un collar que era evidente que no le quitaban hace años. Ni hablar de las condiciones de higiene en las que se encontraba.
Según informes de Guardian Veterinary Specialists, Pierre tenía orina y heces por todo su cuerpo debido a su movilidad reducida.
“Este es probablemente el peor caso que hemos visto”, dijo a The Washington Post, Ken Ross, un oficial de protección animal.
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Como era de esperarse, Pierre fue rescatado y llevado a un centro veterinario; allí cortaron el pelaje del perro y pasó de pesar 12 kilos, a casi 7.
Los oficiales dijeron que el perrito presentaba dolor cuando tocaban su pelaje. Se cree que pasó cerca de dos años sin recibir un corte de cabello, pero los vecinos de Edwards piensan que pudo ser más tiempo.
Uno de ellos le dijo al Washington Post que creía que el perrito estaba muerto, pues hace unos siete años no lo veía en la calle.
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Su nuevo corte de cabello dejó al descubierto que Pierre tiene sus ojos intactos, pero tiene varias heridas y hongos en su piel. Permanecerá hospitalizado hasta que su doctor le dé de alta.
Brian Edwards será acusado por maltrato animal y el próximo 30 de agosto tendrá su lectura de cargos en el Tribunal de Justicia de Petterson.
Por su parte, Pierre se recuperará y será trasladado a un centro de rescate de caniches en Connecticut donde recuperará poco a poco su confianza en los humanos; allí esperará a su nueva familia.
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