A Yuan, un hombre de 65 años de Shanghai, le pareció buena idea secuestrar a su nieta para conseguir dinero y pagar una deuda de juego.
De acuerdo con medios locales, fue por la niña de 4 años a la escuela, sin que la madre lo supiera.
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Más tarde, la mujer recibió un mensaje que le exigía dinero: “Consiga 500 mil yuanes (unos 72 mil dólares) en tres días o nunca volverá a ver a su preciosa hija”.
Él quería usar ese monto para pagar una gran deuda de juegos de azar. Yuan, además, lidia con otros problemas. Se divorció recientemente y fue diagnosticado con cáncer de estómago.
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Durante una llamada, la madre de la niña intentó convencer a su padre de desistir, pero no lo logró. Entonces, lo denunciaron ante las autoridades y ese mismo día terminó preso.
En los primeros días de detención, Yuan se declaró inocente y dijo que el secuestro no era un crimen, sino una cuestión familiar.
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Después de conversar con su hija y su ex, él empezó a cooperar con las autoridades. No se ha dado a conocer cuál será su sentencia.
«Tengo 65 años y mi hija me está demandando. Ella nunca quiere que me mejore. Ella solo me quiere muerto”, declaró el acusado, según los medios locales.
La deuda que tiene Yuan es producto de su ludopatía. Esta enfermedad se caracteriza por el fracaso crónico de resistir a los impulsos de apostar.
No todas las personas que apuestan son ludópatas, pero la adicción al juego es una de las más comunes en el mundo.
Su tratamiento es netamente psicológico y con él se busca que el ludópata se resista completamente a apostar dinero. Para ello se deben modificar sus hábitos y su entorno.
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