Contradiciendo totalmente la definición de Estado laico, el Departamento de Educación de Oklahoma, en Estados Unidos, emitió una orden para que todas las escuelas públicas del estado comiencen a incorporar la Biblia en sus enseñanzas.
La controvertida solicitud fue realizada por el superintendente estatal republicano Ryan Walters y se aplicará a las clases con estudiantes de 11 a 18 años, con efecto “inmediato y riguroso”.
“Cada maestro, cada aula del estado, tendrá una Biblia y enseñará a partir de la Biblia para garantizar que esta comprensión histórica esté disponible para todos los estudiantes del estado de Oklahoma”, dijo Walters.
El político también dijo que, “sin conocimientos básicos del tema, los estudiantes de Oklahoma son incapaces de contextualizar adecuadamente la fundación de nuestra nación”.
Aún es posible que la orden de Walters sea revocada por la Corte Suprema de Oklahoma, que días atrás rechazó el proyecto que creó para crear la primera escuela religiosa financiada por los contribuyentes.
Este no es el único Estado estadounidense que busca introducir normas que van en contra del secularismo (es decir, Estados que garantizan la separación de las Iglesias del ejercicio del poder político) y la libertad religiosa.
Unas nueve familias están demandando a Luisiana después de que el estado ordenara que las aulas, incluidas las universidades, exhibieran un cartel de los Diez Mandamientos.
Grupos estudiantiles y de derechos civiles criticaron duramente estas decisiones, describiéndolas como “inconstitucionales” y resultado de “abuso de poder”.
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El pasado 20 de junio, Luisiana se convirtió en el primer estado de EE.UU. que ordenó que en las auñas de los colegios públicos se muestre un cartel con los Diez Mandamientos.
Esta medida fue respaldada por los republicanos y promulgada por el gobernador Jeff Landry y describe los mandamientos como «documentos fundamentales de nuestro gobierno estatal y nacional».
Basándose en esto, han promulgado una ley estatal que da la orden de que se expongan los mandamientos en los salones escolares.
Los carteles deben mostrar el texto en una «fuente grande y fácilmente legible», con un formato de 11 pulgadas por 14. Las normas deben ser el «foco central» de la publicación.
Grupos de derechos civiles de Luisiana han anunciado que quieren impugnar la ley y argumentan que esta medida no conviene con la separación entre la Iglesia y el Estado, consagrada en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, también conocida como la Cláusula de Establecimiento.
Ahí se establece que «el Congreso no dictará ninguna ley respecto al establecimiento de una religión o que prohíba su libre ejercicio».
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