¿Habías escuchado alguna vez este término?
Según la socióloga Judy Singer (conocida por acuñar el término «neurodiversidad»), neurodivergente es un término no médico para personas con variaciones en sus funciones mentales. Las condiciones neurodiversas incluyen el autismo, la dispraxia, la dislexia, la discalculia y el TDAH, entre otras.
La neurodivergencia es un concepto que afirma que las diferencias en el funcionamiento cerebral son una parte normal de la variación humana. Se estima que una de cada cinco personas es neurodivergente.
Las personas neurodivergentes pueden tener fortalezas y desafíos únicos. Algunas personas neurodivergentes pueden tener dificultades con la interacción social, la comunicación o el aprendizaje. Otros pueden tener talentos o habilidades especiales.
Hay muchos tipos diferentes de neurodivergencia y algunas de las condiciones más comunes son:
Autismo:
El autismo, también conocido como trastorno del espectro autista (TEA), es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la forma en que una persona interactúa con el mundo, se comunica y se comporta. Este trastorno se caracteriza por una amplia gama de síntomas y niveles de gravedad, lo que significa que cada persona con autismo es diferente.
Las personas con autismo suelen tener dificultades para entender las señales sociales, como el lenguaje corporal o las expresiones faciales. Les puede resultar difícil iniciar o mantener conversaciones, compartir intereses con otros o entender las emociones de los demás.
Además, se pueden presentar movimientos repetitivos (como balancearse o aletear), obsesiones con intereses específicos, necesidad de rutinas rígidas o sensibilidad sensorial (reacciones inusuales a sonidos, luces, texturas, etc.).
TDAH:
El TDAH, o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la capacidad que tiene una persona para prestar atención, controlar sus impulsos y/o mantenerse activa de forma adecuada para su edad. Normalmente, se diagnostica con mayor frecuencia en la infancia, pero puede persistir en la edad adulta.
A las personas que lo padecen les cuesta concentrarse, se distraen fácilmente, olvidan cosas y tienen problemas para seguir instrucciones o terminar tareas.
Además, pueden mostrar inquietud, dificultad para quedarse quietos, hablar en exceso, interrumpir a otros, actuar sin pensar, tener dificultades para esperar su turno o tomar decisiones arriesgadas.
Dislexia:
La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad de una persona para leer y escribir con fluidez. Este es un trastorno de origen neurobiológico que se caracteriza por dificultades en el reconocimiento preciso y/o fluidez de las palabras escritas, y por un déficit en la decodificación y la escritura.
A los disléxicos les cuesta reconocer las palabras escritas, incluso las palabras comunes. Pueden leer lentamente, cometer errores al leer (como confundir letras o palabras), o tener dificultades para comprender lo que leen.
De igual forma, pueden tener problemas para recordar cómo se escriben las palabras y para borrarlas correctamente.
Dispraxia:
La dispraxia, también conocida como trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC), es un trastorno neurológico que afecta la capacidad de una persona para planificar y ejecutar movimientos intencionales. Esto no se debe a una falta de voluntad o motivación, sino a una dificultad en la conexión entre el cerebro y el cuerpo.
Les cuesta idear, organizar y llevar a cabo movimientos, incluso tareas sencillas como vestirse, abrocharse los zapatos o usar cubiertos. Quienes la sufren, suele parecer torpes o descoordinados, tropezarse con frecuencia, tener dificultades para practicar deportes o realizar actividades que requieran coordinación motora.
Suelen tardar más tiempo que otros en realizar tareas cotidianas, tener problemas para coger el lápiz correctamente, formar letras o dibujar.
Discalculia:
La discalculia es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad de una persona para comprender y trabajar con números y conceptos matemáticos. Es como tener «dislexia para los números».
Quienes lo sufren, suelen tener problema para reconocer los números, relacionarlos con cantidades, o entender conceptos como «mayor que» o «menor que». Tiene problemas para sumar, restablecer, multiplicar o dividir, incluso operaciones sencillas, para recordar las tablas de multiplicar, las fórmulas matemáticas o los pasos para resolver un problema.
Incluso tiene dificultades con conceptos como el tiempo, la distancia, el dinero o las fracciones.
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Recursos para personas neurodivergentes y sus familias:
Las organizaciones pueden ser grandes herramientas para las personas neurodivergentes y sus familias. Te compartimos algunas:
- Autism Speaks: Ofrece recursos, noticias y formas de participar para personas con autismo y sus familias.
- National Autistic Society: Brinda apoyo, información y eventos para personas con autismo y sus familias en el Reino Unido.
- Autism Society: Promueve la inclusión y ofrece recursos para personas con autismo y sus familias en los Estados Unidos.
- Revista ADDitude: Da información y apoyo para personas con TDAH y sus familias.
- Child Mind Institute: Dispone de recursos para familias sobre diversos temas de salud mental y neurodesarrollo en niños y adolescentes.
- Entendido: Te ofrece información y apoyo para personas con dificultades de aprendizaje y de atención, incluyendo neurodivergencia.
Otros recursos que te pueden ayudar para saber cómo debes manejar la situación son los libros, las películas o los documentales. Te dejamos algunas recomendaciones:
- ‘El cerebro autista: cómo ayudar a que distintos tipos de mentes tengan éxito’ de Temple Grandin
- ‘Uniquely Wired: Una guía para padres sobre cómo comprender y apoyar a su hijo con trastorno del espectro autista’ de Ellen Notbohm
- ‘El efecto del TDAH en el matrimonio: comprenda y reconstruya su relación en seis pasos’ de Melissa Orlov
Películas y documentales:
- ‘La vida, animada’ (documental)
- ‘Deej’ (documental)
- ‘Atípico’ (serie de Netflix)
Además de esto, es claro que lo mejor es seguir el acompañamiento de un profesional de la salud mental, ya sea un terapeuta o un psicólogo especializado en neurodivergencia, así puede ofrecerte apoyo y estrategias personalizadas.
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