Una pequeña población de California (EE.UU.) ha sido noticia por tener un perro como alcalde: Max III, un golden retriever de un año de edad, que es el tercero en ocupar este cargo.
Esta localidad de poco más de 3.000 habitantes no tiene un gobierno formal y está bajo la jurisdicción del condado de Riverside.
La tradición de los alcaldes perrunos de Idyllwild comenzó en 2012, cuando Max I fue elegido en una curiosa votación.
Todo se registró durante una campaña de recaudación de fondos de la organización sin ánimo de lucro Animal Rescue Friends of Idyllwild; la cual buscaba recursos para la protección y el cuidado de los animales.
De esta forma, se organizaron unos comicios a los que fueron postulados perros y gatos, pero un golden retriever llamado Max fue el ganador.
Las personas tenían que depositar un dólar por cada voto; por lo que literalmente se cree que la elección fue comprada, pero por una buena causa.
Sin embargo, Max murió en 2013 y sus propietarios nombraron como sucesor a Max II, otro golden que ocupó el cargo hasta 2022.
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La dueña de los perros, Phyllis Mueller, decidió, con el visto bueno de los habitantes, que la figura de alcalde perruno fuera a perpetuidad para que la mascota estuviera hasta morir.
De esta forma, Max II ejerció sus funciones durante al menos siete años pero la tristeza se apoderó nuevamente de Idyllwild al enterarse de su muerte el 30 de julio de 2022.
La población duró varios meses sin su perro alcalde y muchos pensaron que esta figura iba a desaparecer. Pero Phyllis y su familia decidieron postular a un nuevo golden retriever que llegó a ejercer siendo tan solo un cachorro.
Max III fue elegido oficialmente como alcalde en diciembre de 2022 y desde entonces ha estado cumpliendo sus funciones.
A pesar de su poca ‘experiencia’ política, su dueña y jefa de gabinete Phyllis Mueller ha sido su mayor guía.
“Es una forma divertida de hacer política porque nunca hacemos nada que genere divisiones”, dijo Phyllis Mueller, dueña de la mascota al periódico The Guardian.
Sus responsabilidades incluyen asistir a eventos comunitarios, promover la ciudad y representar a los habitantes de Idyllwild.
El alcalde perruno se volvió viral y ha aparecido en numerosos medios de comunicación, lo que ha ayudado a promover la ciudad como un destino turístico.
Además, su función ha fomentado un espíritu de unidad en la población.
«Tratamos de emanar una energía amorosa hacia todos porque la energía positiva conduce a la vida, mientras que la energía negativa conduce a lo contrario”, dijo.
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Lo cierto es que estos alcaldes no han tenido queja de sus habitantes; porque según ella siempre los miran profundamente a los ojos, les estrechan las manos y les menea la cola de forma sincera.
Esta figura de perro alcalde ha sido tan importante que Phyllis y su familia decidieron designar a otros perros como vicealcalde y escoltas para apoyar a Max en sus funciones.
De esta forma, este perro ahora cuenta con dos co-alcaldes de apoyo Mitzi y Mikey que lo acompañan a todo lugar y hacen parte de su esquema de seguridad. Y a la familia también llegó otro golden retriever llamado Prado que actúa como vicealcalde.
“El alcalde Max es un trabajo de tiempo completo. Nunca digo que no a un evento. Si invitan al alcalde, vamos. El alcalde es muy accesible para sus electores”, recordó Mueller.
Esta familia estadounidense se encarga de todos los costos de manutención y de los eventos en los que tienen que participar sus perros, por lo que se tomaron muy enserio la responsabilidad de tener un perro como alcalde.
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