Matthew Keirans robó la identidad de William Woods desde 1988 y pidió créditos, falsificó documentos y hasta registró un hijo a su nombre en EE.UU.
Un estadounidense admitió haber robado la identidad de otro hombre durante 35 años haciendo que esta persona fuera capturada e internada en un hospital psiquiátrico.
Matthew Keirans se hizo pasar por William Woods desde 1988, cuando lo conoció trabajando en un carrito de perros calientes en Nuevo México.
Este hombre de 58 años robó su identidad, obtuvo una tarjeta de identificación fraudulenta en Colorado y hasta compró un auto con dos cheques que fueron rechazados.
Además, logró casarse en 1994 y tuvo un hijo al que le dio el apellido de Woods. Con el paso del tiempo, este hombre empezó a trabajar en el Hospital de la Universidad de Iowa entre 2016 y 2002 por lo que obtuvo préstamos por 200.000 dólares.
¿Cómo descubrieron el robo de identidad?
William Donald Woods no sabía de esto porque era un vagabundo. En 2019 empezó a sospechar que alguien lo estaba suplantando ya que había acumulado deudas en tarjetas de crédito.
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Fue así como acudió al banco para hacer el reclamo pero los funcionarios le hicieron preguntas de seguridad que no pudo responder y reportaron el caso a las autoridades.
De esta forma, William fue acusado de robo de identidad, lo arrestaron y un juez determinó que supuestamente no era mentalmente competente y lo envió a un centro psiquiátrico en California.
«La víctima de Keirans pasó 428 días en la cárcel del condado y 147 días en el hospital psiquiátrico como resultado de los informes falsos de Keirans a la policía», dijo la Fiscalía de Iowa.
Al salir de la institución empezó a llamar a varias agencias policiales para tratar de recuperar su identidad.
Un detective de la Universidad de Iowa escuchó su caso e inició una investigación con la que logró determinar con unas pruebas de ADN que William había sido víctima de suplantación.
Además, fue interrogado y cometió un error al decir el nombre de su padre adoptivo y no el de su víctima. Aún así siguió insistiendo que este hombre necesitaba ayuda porque estaba «loco» y debía ser encerrado de nuevo.
Todo quedó al descubierto y Matthew se vio obligado a confesar su delito y ahora podría enfrentar hasta 32 años de cárcel.
«Keiran enfrenta una sentencia mínima obligatoria de 2 años de prisión y una posible sentencia máxima de 32 años de prisión, así como una multa de 1,25 millones de dólares y cinco años de libertad supervisada después de cualquier encarcelamiento», dijeron los fiscales.