Los actores Johnny Depp y Amber Heard se conocieron rodando Diario de un seductor. Corría el año 2012 y a partir de entonces comenzó su relación. Tres años después se casaron y tras solo quince meses, se separaron oficialmente. Fue ella quién solicitó el divorcio en mayo de 2016, al mismo tiempo que demandaba al actor por violencia de género –»abuso emocional, verbal y físico, agresiones furiosas, humillantes y amenazantes», exponía–. Le acusaba de haberla golpeado y presentó, entre otras cosas, fotografías como prueba. Antes de celebrarse el juicio, y en vista de la gravedad de lo expuesto, se dictaminó una orden de alejamiento contra Depp, que no podría contactar con Heard ni acercarse a ella.
Depp negó siempre todos los hechos. Y, sin embargo, antes de llegar a juicio prefieririó sellar un acuerdo millonario para cerrar el caso. En 2017 firmaban el divorcio, bajo el silencio de Heard.
Por tanto, el juicio que durante estos días se están celebrando y que acapara tantos titulares no tiene que ver con su divorcio directamente, más bien, con hechos que ocurrieron después. En diciembre de 2018, en plena ola del #MeToo, Amber Heard escribió un artículo en The Washington Post en el que se presentaba como víctima de abusos. Aunque no le nombraba a él como culpable, Depp respondió con una demanda por difamación en marzo de 2020, le pedía a su exmujer 50 millones de dólares por acusaciones «demostrablemente falsas», según el actor, que le habrían hecho perder varios trabajos. Heard, a los pocos meses, presentaba con una contrademanda de 100 millones de dólares.
Ese mismo año, Depp decidió denunciar al medio The Sun por calificarle como un «golpeador de esposas». Allí mismo se tuvieron que ver las caras, en un juicio que acabó perdiendo Depp, por no poder demostrar su inocencia.
Y así llegamos hasta hoy. El 11 de abril de 2022 dio comenzó un nueva batalla judicial por las dobles acusaciones de difamación en el condado de Fairfax, Virginia. Se espera que dure unas seis semanas.
Ambos mantienen sus versiones e incluso han sumado acusaciones de mayor violencia de las que se conocían. Parece que se espera que el público se posicione en uno u otro lado. Sin embargo, más allá de reducirlo a un debate de la palabra de una contra la del otro, existen pruebas documentales. En el juicio se han sacado varios mensajes a la luz que mandó Johnny Depp en alusión a la que era su mujer.
«Espero que el cadáver podrido de Heard se esté descomponiendo en el maldito maletero de un Honda Civic», expresaba el actor a un amigo íntimo llamado Isaac Baruch.
En diciembre de 2014 esto le escribía a su hermana sobre Heard: «¡La idiota de la vaca! Golpearé a la perra fea antes de dejarla entrar, no te preocupes. ¿Ya llegó esa puta sin valor?»
Mientras Depp ha basado su defensa en que la violencia era mutua en la pareja, añadiendo sus propios problemas de adicciones, los mensajes contradicen sus palabras. Los abogados de Heard han desvelado, por ejemplo, cómo Depp le pedía perdón un día en el que se cortó un dedo. El episodio es importante porque el actor lleva tiempo señalando que fue su mujer quien, con una botella, hizo que le brotase la sangre. Ella niega tal agresión y ,ahora, ls mensajes de él desde el hospital parecen darle la razón a la actriz.
«Lo siento por ser menos (de lo que debería ser). Por haberte decepcionado, por mi comportamiento. Soy un jodido salvaje. ¡Tengo que acabar con eso! ¡Tengo que acabar con eso!».
Habrá que esperar semanas para conocer el resultado de este juicio, pero por ahora queda claro que, como mínimo, la violencia psicológica y las amenazas por parte de él –se ha reconocido como autor de los mensajes– son completamente reales.
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