La lucha por la libertad de Kiska vuelve a cobrar intensidad con la publicación de unas desgarradoras imágenes captadas el 4 de septiembre. En el vídeo, publicado por un grupo de activistas anti-cautiverio, aparece golpeándose la cabeza desesperadamente contra el cristal del acuario. Las duras imágenes han generado una oleada de indignación en las redes.
Kiska nació en libertad frente a las costas de Islandia y fue capturada en octubre de 1979 siendo tan solo una cría, con alrededor de 3 años de edad. Empezó su vida en cautiverio en Hafnarfjordur Aquarium, un acuario que enseñaba a las orcas para ser vendidas más tarde. Tres años más tarde fue comprada y trasladada a Canadá. La metieron en un avión para atravesar todo el océano Atlántico y empezar una nueva pesadilla.
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La orca Kiska ha pasado los últimos 40 años viviendo en cautividad en el parque MarineLife de Niagara Falls, en Ontario. En ese tiempo, además, ha visto marchar a todos los pocos amigos que la han acompañado.
Si bien fue madre 5 veces, todas sus crías murieron jóvenes. Su primera cría nació en agosto de 1992 y murió con tan solo 2 meses. Las tres siguientes le fueron arrebatadas antes de cumplir un año de edad y murieron con tan solo cuatro, cinco y seis años entre 1998 y 2004. Por último, Athena, nació en 2004 y vivió tan solo 5 años.
Desde 2011, Kiska está sola en esa piscina. Es, de hecho, la única orca cautiva en el mundo que vive en completo aislamiento social. Toda una década sin contacto ninguno con otros de su clase. Y Kiksa, claro, sufre.
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Muchos estudios revelan que el vínculo entre la madre orca y su cría es de por vida. La capacidad emocional que experimentan se equipara a la que poseemos los humanos. ¿Cómo debe sentirse después de perder 5 crías y llevar 10 años sin tener compañía?
Además, el cautiverio ha dejado a Kiska sin la capacidad de sobrevivir en su hábitat natural. La única manera de salvarla y darle la vida que merece es trasladarla a un santuario de orcas, donde pueda descubrir y recordar qué es ser una orca y no un objeto para el entretenimiento humano.
Más de 270.000 personas ya han firmado la petición en Change.com donde reclaman la entrega de Kiska a un santuario. Porque lo que muestra el vídeo de arriba no es entretenimiento, sino tortura.
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