Imagina que eres policía y en un patrullaje de rutina encuentras una momia prehispánica en la mochila de un repartidor. Pues eso fue lo que ocurrió a un grupo de policías en Puno, Perú, luego que revisaran las pertenencias de un domiciliario.
En Perú se ha vuelto común que delincuentes se hagan pasar por repartidores, por eso la policía peruana se ha puesto a la tarea de revisar al máximo posible las pertenencias de estos trabajadores; sobre todo la mochila donde cargan las encomiendas o la comida que van a entregar.
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Una sorpresa se llevaron los policías del Perú al encontrar en la mochila de un repartidor una momia. Temieron lo peor.
En ese momento detuvieron al repartidor e inmediatamente acordonaron el lugar para investigar de qué se trataba su hallazgo.
Según el domiciliario, la momia la había adquirido su padre como pago de una deuda antes de que él naciera. Desde entonces su familia la conservó. Además, aseguró que dormía con ella y que la cargaba como una especie de amuleto; sí, en la misma mochila donde transportaba alimentos.
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«La considero una especie de novia espiritual», dijo el sujeto según fuentes policiales.
Luego de que los criminalistas examinaran el cuerpo encontrado en la mochila del repartidor se dieron cuenta que la momia estaba en posición fetal y su cuerpo estaba rodeado de vendas, lo que quería decir solo una cosa: se trataba de un cuerpo momificado prehispánico.
Antes de que los españoles llegaran a América, las culturas que habitaban la región del Perú tenían la tradición de momificar los cuerpos. Esta costumbre se perdió poco a poco luego de la conquista.
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El ministerio de cultura en Perú se hizo cargo de la momia y concluyó que tiene entre 600 y 800 años de antiguedad; además, se trata del cuerpo de un hombre y no de una mujer como creía el repartidor.
Por las características de la momia se puso saber que la persona murió cuando tenía entre 40 y 50 años. De momento el cuerpo seguirá siendo estudiado por el ministerio y sin duda lo ocurrido con esta momia aumentará su valor histórico.
Por su parte Julio César Bermejo, el repartidor, será acusado por el delito de extracción ilegal de bienes culturales debido al que la momia es patrimonio cultural del Perú. Este delito se castiga con una pena de entre 2 y 5 años de prisión.
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