Durante un congreso mundial en Madrid, la comunidad botánica llego a la conclusión de cambiar los términos racistas que existen en varias plantas.
Desde siempre hemos intentado clasificar la naturaleza y las diferentes formas de vida en la Tierra, los científicos han creado todo tipo de nombres para poder hacerlo. Sin embargo, recientemente algunos de los nombres han sido criticados por ser degradantes o incluso racistas.
Por eso, la comunidad de botánicos decidió actuar. En el Congreso Botánico de Madrid, se votó para cambiar el nombre de más de 200 plantas cuyos términos se consideran ofensivos y despectivos.
Uno de los ejemplos es el árbol de coral africano cuyo nombre científico es Erythrina caffra. Aunque su nombre hace referencia a la región donde se encontró, la palabra «caffra» tiene connotaciones negativas, ya que históricamente se usó como insulto racial en Sudáfrica.
La bióloga Nokwanda Makunga confesó el dolor emocional que causa al tener nombres despectivos en sus presentaciones.
“Reconocemos que hay nombres que causan daño a diario… y hemos dicho muy claramente que estamos haciendo lo que podemos para garantizar que su efecto se minimice”. Comentó Peter Moonlight, botánico del Trinity College de Dublín.
Ver más: Despavimentar para sembrar plantas, la iniciativa que está en auge en varias ciudades del mundo
La botánica quiere ser parte del cambio
A pesar de que algunos científicos temen que estos cambios puedan desorganizar el sistema de nomenclatura o provocar muchas solicitudes para modificar otros nombres, el Congreso decidió cambiar el código de los nombres.
Entre las propuestas, se sugirió eliminar la primera letra de las palabras problemáticas para hacerlas menos ofensivas. Aunque esta idea no fue aceptada por todos, la propuesta para cambiar los nombres recibió un 63% de votos a favor.
Para abordar esto, se creó un comité que discutirá la ética de nombrar especies y cómo manejar nombres problemáticos en el futuro. Y a partir de 2026, cualquier nombre nuevo considerado despectivo podrá ser rechazado.
«Si no estamos dispuestos a empezar a aprender, a empezar a hacer preguntas, a empezar a sentir curiosidad y a tener conversaciones realmente difíciles e incómodas, entonces no vamos a cambiar nada», argumenta Jaime Frye, curadora asociada de colecciones vivas en Newfields.
Adeyemi Aremu, presidente de la Asociación Sudafricana de Botánicos, cree que estos cambios son importantes, pues tienen el objetivo es hacer el campo de la botánica más inclusivo, respetuoso y sobre todo, hacer del mundo un lugar mejor a través de las plantas.
¿Qué opinas de la nueva idea de la comunidad botánica?
Te puede interesar: